En un contexto donde muchas entidades bancarias están cerrando oficinas, Caja Rural de Asturias se destaca por su compromiso con el servicio presencial. La cooperativa de crédito ha inaugurado recientemente tres nuevas sucursales en Gijón, Salinas y Castro Urdiales, lo que eleva su total a 124 oficinas. Esta expansión refleja una estrategia clara de la entidad para mantenerse cerca de sus clientes y contribuir al desarrollo económico de las regiones donde opera.
La nueva oficina en Gijón, ubicada en el barrio de Nuevo Roces, es la decimocuarta en la ciudad. Con más de 150 metros cuadrados, se sitúa en la esquina de la calle Ramón Gómez Lozana y la Avenida de Roces. Eva Vega liderará el equipo de esta sucursal, que contará con el apoyo de Luis Fernández y Lara Álvarez. Durante la inauguración, Antonio Romero, director general de Caja Rural de Asturias, enfatizó la importancia de estar presentes donde los clientes los necesitan, subrayando que su objetivo es ser parte de la solución a los problemas económicos que enfrentan sus usuarios.
La oficina de Salinas, situada en la calle Luis Treillar, es la segunda en el concejo de Castrillón, complementando la ya existente en Piedras Blancas. Raúl Berros estará al frente de esta sucursal, con el respaldo de Cristina Alonso y Ana Ibáñez. Por otro lado, la nueva sede en Castro Urdiales, ubicada en la calle Melitón Pérez del Camino, representa la quinta sucursal de la cooperativa en Cantabria, donde ya tiene presencia en ciudades como Santander, Cabezón de la Sal, Torrelavega y Potes, y planea abrir una nueva oficina en Reinosa.
La inauguración de estas sucursales no solo es un reflejo del crecimiento de Caja Rural de Asturias, sino también de su enfoque en ofrecer un servicio personalizado y accesible a sus clientes. La entidad ha reportado un beneficio de 96,4 millones de euros en 2024 y tiene planes de abrir una cuarta sede en Madrid a finales de este año, lo que demuestra su ambición de expansión y su compromiso con el servicio al cliente.
### La Opinión de los Asturianos sobre la OPA de BBVA
En medio de esta expansión, un tema candente en Asturias es la oferta pública de adquisición (OPA) de BBVA sobre Banco Sabadell. Según una encuesta realizada por la compañía de análisis de mercados Zinklar, el 78,79% de los asturianos se opone a esta operación, mientras que solo el 21,21% está a favor. Este rechazo es notablemente superior a la media nacional, que se sitúa en el 75%.
Los ciudadanos que se oponen a la fusión argumentan que podría tener un impacto negativo en el acceso a los servicios bancarios, lo que podría llevar a una mayor exclusión financiera y afectar la financiación de empresas locales. Además, el 71% de los encuestados a nivel nacional que tienen al Sabadell como su banco principal manifestaron que considerarían cerrar sus cuentas si se concretara la fusión, lo que podría resultar en una pérdida significativa de clientes para la entidad resultante. Asimismo, el 21% de los clientes de BBVA también estarían dispuestos a cambiar de banco en caso de que se materializara la OPA.
La situación ha llevado al Gobierno a elevar la decisión sobre la OPA al Consejo de Ministros, que deberá pronunciarse en las próximas semanas. Esta incertidumbre ha generado un clima de inquietud entre los clientes de ambas entidades, que temen por el futuro de sus servicios y la calidad de atención que recibirán en caso de que se lleve a cabo la fusión.
La postura de Caja Rural de Asturias, que sigue abriendo oficinas y fortaleciendo su presencia en el mercado, contrasta con la tendencia de consolidación que están siguiendo otras entidades. La cooperativa parece estar apostando por un modelo de negocio que prioriza el contacto humano y la atención personalizada, en un momento en que muchos bancos están optando por reducir su red de sucursales en favor de la digitalización.
Con la apertura de nuevas oficinas y un enfoque en el servicio al cliente, Caja Rural de Asturias se posiciona como una alternativa sólida para aquellos que buscan una relación más cercana con su entidad financiera. En un entorno donde la confianza en los bancos se ve afectada por fusiones y adquisiciones, la cooperativa asturiana parece estar construyendo un camino diferente, centrado en las necesidades de sus clientes y en el desarrollo económico de las comunidades que atiende.