En los últimos años, el mercado inmobiliario en España ha experimentado un notable aumento en los precios de la vivienda. Según datos recientes del Instituto Nacional de Estadística (INE), el segundo trimestre de 2025 marcó la continuación de una tendencia alcista que ya lleva 45 trimestres consecutivos. Este crecimiento interanual ha alcanzado cifras de doble dígito, lo que ha llevado a muchos a preguntarse si estamos ante una nueva burbuja inmobiliaria o si, por el contrario, el aumento de precios es sostenible.
### La Evolución del Mercado Inmobiliario
Desde el año 2014, cuando los precios de la vivienda tocaron fondo tras el estallido de la burbuja inmobiliaria de 2007, se ha registrado un incremento acumulado del 87% en los precios. Este crecimiento ha sido impulsado por una combinación de factores, incluyendo la baja de los tipos de interés, el aumento del poder adquisitivo y un crecimiento demográfico que ha mantenido la demanda en niveles altos. Sin embargo, a diferencia de la anterior burbuja, en la actualidad no existe un exceso de oferta; más bien, se enfrenta a un déficit significativo de vivienda que ha contribuido a la presión sobre los precios.
Los analistas de CaixaBank Research han señalado que el mercado inmobiliario se encuentra en una fase expansiva, donde la demanda sigue creciendo, especialmente por parte de compradores extranjeros. A pesar de que la oferta está comenzando a recuperarse, aún no es suficiente para satisfacer la demanda acumulada desde 2021. Esto ha llevado a que los precios de la vivienda superen los máximos alcanzados en 2007, aunque también se han comenzado a detectar señales de sobrevaloración en algunas regiones, como Madrid y Baleares.
### Señales de Sobrevaloración y Riesgos Potenciales
El informe de CaixaBank Research ha sido uno de los primeros en advertir sobre la existencia de señales de sobrevaloración en el mercado inmobiliario. Según datos del Banco de España y del Banco Central Europeo, los precios de la vivienda en algunas áreas están entre un 1,1% y un 8,5% por encima de su nivel de equilibrio, y en algunos casos, como el del Banco Central Europeo, esta cifra podría llegar al 10%. Esto ha generado preocupación sobre la posibilidad de una corrección brusca en los precios, similar a la que se experimentó entre 2008 y 2013.
La situación actual presenta diferencias importantes respecto al ciclo anterior. En aquel entonces, el crecimiento de los precios estaba impulsado por un acceso fácil al crédito, lo que llevó a una sobreoferta de viviendas. En contraste, el mercado actual se caracteriza por un déficit de vivienda, lo que ha mantenido los precios en ascenso. Sin embargo, la pregunta que muchos se hacen es: ¿cuándo comenzarán a caer los precios?
Los expertos coinciden en que, aunque la tendencia alcista no puede durar para siempre, el momento de una posible caída de precios dependerá de la economía en general. Para que los precios de la vivienda comiencen a descender, es probable que se necesite una desaceleración económica, un aumento en el desempleo y una reducción del consumo. Actualmente, el mercado residencial se beneficia de un fuerte desequilibrio entre oferta y demanda, lo que lo mantiene en una trayectoria ascendente.
La teoría del economista Hyman Minsky sobre la inestabilidad financiera sugiere que los ciclos económicos pasan por varias fases. En el caso del mercado inmobiliario, hemos visto una recuperación tras la crisis, seguida de un crecimiento sostenido de precios, que ha llevado a una fase de euforia. Esta fase, marcada por un aumento acelerado de precios, puede eventualmente culminar en una corrección. Históricamente, entre 2000 y 2005, España vivió un periodo de crecimiento constante que se intensificó entre 2005 y 2007, seguido de una caída del 35% en los años posteriores.
A medida que el mercado inmobiliario español continúa su fase de aceleración, con incrementos interanuales que oscilan entre el 10% y el 15%, la incertidumbre sobre el futuro se hace más palpable. La clave para los inversores y compradores es estar atentos a las señales del mercado y a los cambios en la economía que podrían influir en la dirección de los precios de la vivienda.