En un contexto político cada vez más tenso, la cúpula de Junts se reúne en Perpinyà para tomar decisiones que podrían marcar un antes y un después en su relación con el PSOE. Este encuentro, convocado por Carles Puigdemont, se produce en un momento crítico, donde la presión interna y las expectativas externas están en su punto más alto. La pregunta que todos se hacen es: ¿hasta dónde están dispuestos a llegar los posconvergentes en su ruptura con el gobierno de Pedro Sánchez?
La reunión, que comenzó a primera hora de la mañana, se espera que dure varias horas y contará con la participación de toda la ejecutiva del partido. La decisión que se tome no solo afectará a la dirección de Junts, sino que también tendrá repercusiones en el panorama político español, especialmente en la relación entre Cataluña y el gobierno central. La historia reciente ha mostrado que Junts ha estado en una posición de negociación constante, pero los resultados han sido decepcionantes para muchos de sus miembros.
### La Historia Reciente de Junts y el PSOE
Desde la declaración unilateral de independencia en 2017, Junts ha estado en el centro de la política catalana. Sin embargo, los años han pasado y las expectativas no se han cumplido. La ley de amnistía, que se esperaba que facilitara el regreso de Puigdemont a Cataluña, no ha tenido el impacto deseado. Además, la delegación de competencias en inmigración ha quedado estancada en el Congreso, y la oficialidad del catalán en Europa sigue siendo un tema sin resolver.
La frustración dentro de Junts es palpable. Muchos miembros sienten que el PSOE no ha cumplido con sus promesas, lo que ha llevado a un sentimiento de desconfianza hacia el gobierno de Sánchez. En este contexto, la reunión de Perpinyà se convierte en un punto de inflexión. La dirección del partido debe decidir si continuar apoyando al PSOE o romper definitivamente con ellos, lo que podría tener consecuencias significativas en las próximas elecciones.
En el pasado, Junts utilizó consultas internas para tomar decisiones cruciales, como cuando decidieron abandonar el gobierno de Pere Aragonès en 2022. En esa ocasión, la opción de salir ganó por un estrecho margen, lo que dejó heridas abiertas en el partido. Ahora, la situación es diferente, y el sentimiento mayoritario parece inclinarse hacia la ruptura con el PSOE. Sin embargo, la decisión no es sencilla, ya que implica riesgos significativos.
### Escenarios Futuros y Posibles Consecuencias
La dirección de Junts tiene varios caminos que considerar. Uno de los escenarios más factibles es dar por rota la negociación con el mediador internacional y optar por un boicot parlamentario. Esta opción podría permitirles demostrar que han llegado a un punto de no retorno en su relación con el PSOE. Sin embargo, también conlleva riesgos, ya que romper el espacio de negociación podría resultar en la pérdida de protagonismo mediático y político que han logrado en los últimos años.
Otra opción que se ha planteado es la posibilidad de una moción de censura instrumental para convocar elecciones anticipadas. Sin embargo, esta estrategia enfrenta obstáculos significativos, ya que Junts no tiene suficientes asientos en el hemiciclo para convocar una moción de censura por su cuenta. Esto significa que necesitarían el apoyo de otros partidos, lo que complica aún más la situación.
Además, si Junts decide romper con el PSOE, podría enfrentar un costo electoral significativo. La percepción de que el partido está actuando de manera incoherente podría alejar a los votantes, especialmente si no logran presentar una alternativa clara y convincente. La presión sobre Puigdemont y su equipo es alta, y cualquier decisión que tomen será observada de cerca por sus militantes y por el electorado en general.
Mientras tanto, el gobierno de Sánchez ha comenzado a moverse para reducir la tensión. Recientemente, se logró un acuerdo con Alemania para avanzar en la oficialidad del catalán en la UE, un gesto que busca calmar las aguas y mostrar que el gobierno está dispuesto a dialogar. Sin embargo, muchos en Junts consideran que estos gestos son insuficientes y que el tiempo para negociaciones sin resultados ha terminado.
En este contexto, la reunión de Perpinyà se convierte en un momento decisivo para Junts. La dirección del partido debe sopesar cuidadosamente sus opciones y considerar las repercusiones de cada una de ellas. La presión interna y externa es intensa, y la decisión que tomen podría definir no solo su futuro, sino también el de la política catalana en los próximos años.
