La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, ha tomado un papel protagónico en medio de la crisis que enfrenta su socio de coalición, el PSOE. La reciente controversia en torno a Santos Cerdán, quien ha sido señalado por un informe de la Unidad Operativa de la Guardia Civil (UCO) como mediador en el cobro de presuntas mordidas a cambio de contratos públicos, ha dejado al PSOE en una situación delicada. En este contexto, Díaz busca no solo fortalecer su posición dentro del Gobierno, sino también marcar un rumbo más social en la legislatura.
La crisis actual ha abierto una ventana de oportunidad para que Sumar, el partido liderado por Díaz, exija un «reseteo de la legislatura» y un trato equitativo por parte de los socialistas. La vicepresidenta ha manifestado la necesidad de una reunión entre los socios de la coalición, donde espera presentar propuestas concretas que permitan a Sumar ganar visibilidad y protagonismo en el Consejo de Ministros. Esta situación ha llevado a un cambio en la correlación de fuerzas dentro del Ejecutivo, donde el PSOE, debilitado por los escándalos, podría verse obligado a ceder más espacio a su socio menor.
Díaz ha dejado claro que su intención es dar un impulso a la acción gubernamental, que ha estado opacada por los recientes escándalos. En este sentido, ha propuesto iniciativas como la retribución de permisos por hijos, la renta universal por hijo a cargo y la reducción de la jornada laboral. Estas propuestas buscan no solo mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, sino también contrarrestar la imagen negativa que ha surgido en torno al PSOE debido a la corrupción.
La situación actual también ha llevado a Sumar a replantear su estrategia en la coalición. A pesar de la crisis, Díaz ha enfatizado que no se plantea retirar el apoyo al Gobierno ni salir del Consejo de Ministros, ya que considera que la alternativa sería entregar el poder al Partido Popular. En cambio, su enfoque se centra en llevar a cabo un «giro social» que permita a Sumar consolidar su papel en el Gobierno y asegurar que las políticas sociales sean una prioridad.
**La Reunión de la Coalición y el Futuro de Sumar**
En Sumar, la expectativa se centra en la próxima reunión que Díaz ha solicitado con el PSOE. Aunque se reconoce que este encuentro no será inmediato, se espera que sirva como plataforma para presentar propuestas concretas que permitan a Sumar ganar visibilidad y relevancia en el Gobierno. La idea es que esta reunión no solo aborde los problemas actuales, sino que también establezca un marco para una colaboración más efectiva entre los dos partidos.
Las propuestas que Sumar planea llevar a la mesa incluyen la creación de una Oficina Anticorrupción, una medida que ya había sido registrada en el Congreso hace más de un año y que ha quedado estancada. La urgencia de esta propuesta se ha intensificado en el contexto actual, donde la corrupción ha afectado gravemente la imagen del PSOE. Además, se plantea la revisión de la Ley de Contratos del Sector Público para asegurar que las empresas involucradas en casos de corrupción enfrenten consecuencias adecuadas.
Díaz y su equipo están decididos a dar un paso al frente en la defensa de políticas que prioricen el bienestar social, y consideran que este es el momento adecuado para hacerlo. La crisis de Cerdán ha sido un catalizador que ha permitido a Sumar replantear su papel en el Gobierno y exigir un mayor protagonismo en la toma de decisiones. La idea es que, a través de un enfoque más social, se pueda restaurar la confianza en el Gobierno y en las instituciones.
**Equilibrio entre Crítica y Estabilidad**
A pesar de la presión que enfrenta el PSOE, Sumar ha adoptado una postura de equilibrio. La estrategia consiste en exigir responsabilidades al partido socialista sin poner en riesgo la estabilidad del Gobierno. Díaz ha dejado claro que su intención no es dejar caer al Ejecutivo, sino más bien protegerlo y cuidarlo en un momento crítico. Esta postura refleja una comprensión de la complejidad del panorama político actual, donde la inestabilidad podría tener consecuencias graves para el país.
La vicepresidenta ha reiterado que su compromiso es con el Gobierno hasta el año 2027, pero con la condición de que se produzca un cambio hacia políticas más sociales. En este sentido, Sumar se posiciona como un aliado necesario para el PSOE, pero también como un partido que no dudará en reclamar lo que considera justo. La situación actual es un recordatorio de que, en política, las alianzas son fluidas y pueden cambiar rápidamente en función de las circunstancias.
La crisis de Cerdán ha puesto de manifiesto la fragilidad del PSOE y la necesidad de que Sumar asuma un papel más activo en el Gobierno. Yolanda Díaz, con su enfoque en políticas sociales y su disposición a negociar, se presenta como una figura clave en la búsqueda de un equilibrio que permita al Gobierno avanzar en un contexto de creciente desconfianza pública. La próxima reunión entre los socios de la coalición será un momento decisivo para definir el futuro de la legislatura y el papel de Sumar en el mismo.
