Las promesas de paz en la región de Gaza han sido un tema recurrente en la política internacional, especialmente desde el inicio del conflicto el 7 de octubre de 2023. Sin embargo, el reciente anuncio de un plan de paz por parte de Donald Trump y Binyamín Netanyahu ha reavivado el debate sobre la posibilidad de una resolución duradera. En una conferencia de prensa conjunta en la Casa Blanca, ambos líderes expresaron su compromiso con un nuevo enfoque que podría cambiar el rumbo del conflicto en Gaza y en Oriente Medio.
La propuesta, que consta de 20 puntos, incluye un cese inmediato de las hostilidades, la liberación de todos los rehenes en un plazo de 72 horas y una retirada gradual de las fuerzas israelíes. Netanyahu, aunque ha mostrado su apoyo al plan, ha dejado claro que Israel mantendrá un «perímetro de seguridad» en la región por el futuro previsible. Este enfoque ha generado tanto esperanza como escepticismo entre los analistas y la comunidad internacional.
### Un Plan Ambicioso con Desafíos Inminentes
El plan presentado por Trump no solo busca poner fin a la violencia en Gaza, sino que también establece las bases para un futuro Estado palestino. En el punto 19 de la propuesta, se menciona que, a medida que avance la reconstrucción de Gaza y se implementen reformas en la Autoridad Palestina, podrían surgir las condiciones para una autodeterminación palestina. Esta afirmación ha sido recibida con cautela, dado el historial de fracasos en negociaciones anteriores.
Uno de los aspectos más controvertidos del plan es la responsabilidad que se coloca sobre Hamás. Tanto Trump como Netanyahu han enfatizado que el éxito del acuerdo depende de la aceptación y cooperación de la organización. Trump ha afirmado haber recibido información de que Hamás está dispuesto a considerar el plan, lo que podría ser un indicio de un cambio en la postura de la organización. Sin embargo, la historia reciente sugiere que las promesas de paz pueden ser efímeras, y muchos se preguntan si Hamás realmente está dispuesto a comprometerse.
Además, el plan de paz enfrenta la oposición de sectores radicales dentro del propio gobierno israelí, que han señalado que ciertos elementos del acuerdo son inaceptables. Esto plantea un dilema para Netanyahu, quien debe equilibrar las expectativas internacionales con las demandas de su coalición.
### La Dimensión Internacional y el Aislamiento de Israel
El contexto internacional en el que se presenta este plan es crucial. Netanyahu ha llegado a Washington en un momento de creciente aislamiento para Israel, evidenciado por el reconocimiento de varios países, incluidos Francia y Alemania, del Estado palestino. Este aislamiento ha llevado a Netanyahu a buscar apoyo en aliados tradicionales, pero también ha generado una presión significativa para que se avance hacia una solución de dos Estados.
Durante la reunión en la Casa Blanca, se discutió una llamada trilateral con Qatar, donde Netanyahu se disculpó por un ataque que había violado la soberanía catarí. Este gesto fue interpretado como un intento de mejorar las relaciones con un país que juega un papel clave en la mediación del conflicto. La creación de un mecanismo trilateral para mejorar la coordinación y resolver agravios mutuos es un paso que podría facilitar la implementación del plan de paz.
La comunidad internacional, representada en el Consejo de Seguridad de la ONU, ha mostrado un interés renovado en el plan de Trump. Riyad Mansour, representante de Palestina, ha instado a no retrasar más la búsqueda de una paz justa, lo que indica un apoyo potencial que podría ser crucial para el éxito del acuerdo.
Sin embargo, el camino hacia la paz está lleno de obstáculos. La desconfianza entre las partes es profunda, y la historia reciente ha demostrado que los acuerdos pueden ser fácilmente desmantelados por la violencia o la falta de voluntad política. La pregunta que persiste es si este nuevo enfoque puede superar las barreras que han impedido la paz en la región durante décadas.
A medida que se desarrollan los acontecimientos, el mundo observa con atención. La aceptación del plan por parte de Netanyahu y su disposición a dialogar con Hamás son pasos significativos, pero la implementación efectiva y la respuesta de la comunidad internacional serán determinantes en el futuro de Gaza y la estabilidad en Oriente Medio. La paz en la región no solo depende de acuerdos políticos, sino también de la voluntad de las partes involucradas para comprometerse con un futuro compartido.