El Museo del Louvre, uno de los más emblemáticos del mundo, fue escenario de un audaz robo en la mañana del 19 de octubre de 2025. A las 9:30 horas, tres individuos en motocicleta accedieron a la zona donde se llevan a cabo obras de ampliación del museo. Utilizando un montacargas y scooters, lograron entrar en la Galería Apolo, un espacio que alberga las joyas de la corona francesa desde 1889.
Los ladrones, que pertenecen a una banda organizada, se llevaron al menos nueve piezas de gran valor histórico y cultural, todas ellas parte de la colección de joyas de Napoleón y la Emperatriz Eugenia. Entre las piezas robadas se encuentran la tiara de la reina María Amélie, la diadema de la emperatriz Eugenia y un juego de joyas de la reina María Luisa, entre otros.
A pesar de la magnitud del robo, los investigadores han logrado recuperar una de las piezas: la corona de la Emperatriz Eugenia de Montijo. Este ornamento es un símbolo del esplendor del Segundo Imperio francés y refleja la riqueza y el poder de la época. Sin embargo, el famoso diamante ‘Regente’, el más grande de la colección de Napoleón, con un peso de 140 quilates, no fue parte del botín, lo que ha generado alivio entre los expertos y amantes del arte.
La Galería Apolo, donde se produjo el robo, es conocida por su impresionante exhibición de joyas elaboradas por los mejores joyeros de su tiempo. Estas piezas no solo son valiosas por su material, sino que también son testigos de la historia de Francia, habiendo sido objeto de robos en el pasado. La seguridad del museo ha sido cuestionada tras este incidente, y se espera que se implementen medidas más estrictas para proteger el patrimonio cultural.
El robo se llevó a cabo en un tiempo récord de siete minutos, lo que pone de manifiesto la planificación meticulosa de los delincuentes. La rapidez de su huida en scooters ha dejado a las autoridades en alerta, y se están llevando a cabo investigaciones exhaustivas para identificar a los responsables y recuperar las piezas restantes.
Este atraco no solo ha conmocionado a la comunidad artística, sino que también ha suscitado un debate sobre la seguridad en los museos y la protección del patrimonio cultural. Los expertos en seguridad están analizando las circunstancias del robo y sugiriendo mejoras en los protocolos de seguridad.
El Louvre, que atrae a millones de visitantes cada año, es un símbolo de la cultura y la historia. La pérdida de estas joyas es un golpe no solo para el museo, sino para la historia colectiva de Francia y del arte mundial. Las joyas robadas son parte de una narrativa más amplia que incluye el esplendor de la monarquía francesa y su legado.
Mientras las investigaciones continúan, el museo ha cerrado temporalmente la Galería Apolo para llevar a cabo una revisión de seguridad y evaluar los daños. Los amantes del arte y la historia esperan que las piezas robadas sean recuperadas y que se tomen medidas para evitar que incidentes como este se repitan en el futuro. La protección del patrimonio cultural es una responsabilidad compartida que requiere la colaboración de instituciones, gobiernos y la sociedad en general.
El robo en el Louvre es un recordatorio de la fragilidad de nuestro patrimonio cultural y de la importancia de su preservación. Las joyas de la corona no son solo objetos de lujo; son símbolos de una época y de una historia que merece ser recordada y protegida. La comunidad internacional está a la expectativa de los avances en la investigación y de la recuperación de estas piezas invaluables, que son parte del legado de la humanidad.