La reciente apertura de fosas comunes en Catalunya ha permitido recuperar los restos de tres soldados republicanos que perdieron la vida durante la Guerra Civil Española. Estas intervenciones, impulsadas por la Direcció General de Memòria Democràtica, se han llevado a cabo en los municipios de Gandesa y Gratallops, en la provincia de Tarragona, y forman parte del Pla de Fosses 2023-2025, un programa del Govern destinado a localizar y exhumar a personas desaparecidas durante el conflicto y la posterior represión franquista.
Las excavaciones, realizadas entre marzo y junio de 2025, han sido el resultado de un esfuerzo conjunto que combina fuentes documentales y testimonios orales. En Gandesa, específicamente en la zona conocida como La Teuleria, se han exhumado los restos de dos combatientes republicanos que fueron enterrados a ambos lados de un barranco. Este lugar fue identificado como un antiguo punto sanitario durante la batalla del Ebro, gracias a relatos de vecinos que recordaban las inhumaciones en la zona.
Por otro lado, en Gratallops, la excavación se llevó a cabo tras el hallazgo accidental de restos humanos durante labores agrícolas en 2023, en una finca conocida como Clos Mogador. Aunque el cuerpo recuperado presentaba alteraciones significativas debido a actividades agrícolas previas, se considera que podría pertenecer a un combatiente republicano.
### Análisis y Custodia de los Restos
Los restos recuperados de las exhumaciones están actualmente bajo custodia en un laboratorio, donde se están realizando análisis antropológicos y genéticos. Estos estudios tienen como objetivo cotejar los datos con el Censo de personas desaparecidas y el Programa de identificación genética. En caso de que se logre establecer la identidad de los soldados, los restos serán devueltos a sus familias, asegurando así un cierre digno para los seres queridos de los caídos. Si no se puede determinar la identidad, los restos serán reinhumados en el cementerio del municipio correspondiente, siempre con el respeto y la dignidad que merecen.
Este esfuerzo por recuperar la memoria histórica se enmarca en un contexto más amplio. Según datos del Departament de Justícia y Qualitat Democràtica, durante el año 2024 se excavaron un total de 28 fosas, recuperando los restos de 26 víctimas de la Guerra Civil y la dictadura franquista. En ese periodo, se logró identificar a un soldado republicano gracias al Programa de identificación genética, y se incorporaron 327 nuevos casos al Censo de personas desaparecidas, que ya cuenta con cerca de 8.000 registros en toda Catalunya.
Desde el inicio del Pla de Fosses en 2004, se han excavado un total de 123 fosas, además de recoger restos en superficie de antiguos escenarios de la batalla del Ebro y otros frentes de guerra. El plan 2023-2025 contempla un total de 45 fosas, incluyendo las recientes intervenciones en Gandesa y Gratallops, lo que demuestra el compromiso del Govern con la memoria histórica y el reconocimiento de las víctimas de la Guerra Civil y la dictadura franquista.
La recuperación de estos restos no solo representa un acto de justicia hacia los soldados que lucharon por sus ideales, sino que también es un paso crucial hacia la reconciliación y el reconocimiento de la historia reciente de España. La memoria histórica es un tema sensible y relevante en la sociedad actual, y estas acciones buscan reparar el daño causado por años de olvido y represión.
El trabajo de las instituciones y organizaciones que participan en estas exhumaciones es fundamental para garantizar que las historias de estos soldados no se pierdan en el tiempo. A través de la identificación y la restitución de los restos a sus familias, se busca dar voz a aquellos que fueron silenciados y recordar a las futuras generaciones la importancia de la memoria histórica en la construcción de una sociedad más justa y equitativa.
Las exhumaciones en Gandesa y Gratallops son un ejemplo claro de cómo la historia puede ser recuperada y honrada, y cómo el compromiso con la verdad y la justicia puede contribuir a sanar las heridas del pasado. Este proceso no solo es un acto de dignidad hacia los caídos, sino también un recordatorio de la necesidad de seguir luchando por la memoria y los derechos de aquellos que sufrieron durante la Guerra Civil y la dictadura franquista.