El año 2024 ha marcado un hito en el ámbito laboral en España, con un salario bruto anual por trabajador que ha alcanzado la cifra récord de 27.558,68 euros. Este incremento del 3,8% en comparación con el año anterior no solo refleja una tendencia al alza en los salarios, sino que también establece un nuevo máximo desde que se comenzó a registrar esta serie estadística en 2008. La Encuesta Anual de Coste Laboral (EACL), publicada recientemente, proporciona un análisis detallado de esta evolución salarial y sus implicaciones en el mercado laboral español.
### Incremento Salarial y Coste Laboral
La EACL revela que el salario bruto anual representa el 73,4% del coste laboral total, que se sitúa en 37.525,40 euros brutos por trabajador, lo que implica un aumento del 3,9% respecto a 2023. Este coste total incluye no solo los salarios, sino también las cotizaciones sociales y otros gastos asociados al empleo. Al descontar subvenciones y deducciones de las Administraciones Públicas, el coste neto se reduce a 37.308,93 euros. Es importante destacar que, en conjunto, los salarios y las cotizaciones sociales cubren el 97,4% del coste laboral, lo que subraya la importancia de estos elementos en la estructura de costes de las empresas.
El análisis por sectores revela disparidades significativas en los salarios. Por ejemplo, los trabajadores del sector de la hostelería perciben un salario bruto anual medio de solo 16.777,32 euros, mientras que aquellos empleados en el sector de suministro de electricidad y gas alcanzan una media de 62.105,02 euros. Esta diferencia se amplía aún más al considerar los costes laborales brutos, que varían entre 23.138,9 euros en hostelería y 82.147,9 euros en el sector energético. Además, los sectores que han experimentado los mayores aumentos en costes laborales incluyen actividades artísticas y recreativas (6,2%), servicios profesionales y técnicos (6%) y el sector financiero y de seguros (5,3%). En contraste, el sector energético fue el único que mostró una disminución en este aspecto, con una caída del 1,1%.
### Desigualdades Regionales y Negociación Colectiva
El análisis territorial también revela importantes diferencias en los costes laborales. La Comunidad de Madrid lidera el ranking con un coste laboral por trabajador de 44.458,06 euros, seguida por el País Vasco (42.434,54 euros) y Navarra (40.459,12 euros). En el extremo opuesto, las regiones con los menores costes laborales son Extremadura (30.542,37 euros), Canarias (31.077,73 euros) y Andalucía (32.664,18 euros). Estas disparidades regionales reflejan no solo las diferencias en el coste de vida, sino también en la estructura económica y las oportunidades laborales disponibles en cada comunidad.
La negociación colectiva sigue siendo un elemento clave en la configuración de los salarios y las condiciones laborales en España. En 2024, el 95,5% de los centros de trabajo, que emplean al 86,7% de los trabajadores, estaban cubiertos por algún tipo de convenio colectivo, siendo los convenios de ámbito autonómico o provincial los más comunes. Sin embargo, un 3,9% de los trabajadores con convenio experimentaron modificaciones en sus condiciones laborales respecto a lo pactado inicialmente, lo que pone de manifiesto la necesidad de un diálogo social más robusto y efectivo.
El coste no salarial por trabajador también ha aumentado, alcanzando los 9.750,25 euros, un 4,4% más que en 2023. Las cotizaciones obligatorias a la Seguridad Social constituyen la mayor parte de este coste, con una media de 9.000,03 euros, lo que representa el 24% del coste total. Además, las empresas han incrementado su inversión en beneficios sociales, destinando una media de 518,51 euros por trabajador a seguros voluntarios, planes de pensiones y prestaciones complementarias. Otros gastos, como indemnizaciones por despido, formación profesional y gastos laborales diversos, también han contribuido al aumento de los costes no salariales.
En un contexto de moderada presión inflacionaria y en medio de la negociación de numerosos convenios colectivos, el incremento salarial ha sido un alivio para muchos trabajadores, mejorando su poder adquisitivo. Sin embargo, los sindicatos advierten que las diferencias estructurales entre sectores y territorios requieren políticas más ambiciosas que promuevan una redistribución equitativa y un fortalecimiento del diálogo social. La situación actual plantea desafíos significativos, pero también oportunidades para avanzar hacia un mercado laboral más justo y equilibrado.