Las calles de Kiev se han convertido en el escenario de una de las manifestaciones más significativas en Ucrania desde el inicio de la guerra. Miles de ciudadanos han salido a protestar contra las recientes decisiones del presidente Volodímir Zelenski, que han sido interpretadas como un intento de controlar las agencias anticorrupción del país. Esta situación ha generado un gran debate sobre la integridad del gobierno ucraniano y su compromiso con la lucha contra la corrupción, un problema que ha plagado a Ucrania desde su independencia.
La manifestación, que tuvo lugar el 23 de julio de 2025, se produjo en un contexto delicado, justo cuando Ucrania y Rusia se sentaban nuevamente a la mesa de negociaciones. Sin embargo, la atención de los ciudadanos se centró en las reformas propuestas por Zelenski, que buscan otorgar al fiscal general un mayor control sobre las agencias anticorrupción, Nabu y Sap. Esta medida ha sido vista como un ataque directo a la independencia de estas instituciones, que fueron creadas con el apoyo de la Unión Europea y el FBI en 2014 para combatir la corrupción sistémica en el país.
La preocupación por la corrupción en Ucrania no es nueva. Desde su separación de la Unión Soviética, el país ha enfrentado numerosos escándalos que han involucrado a altos funcionarios y oligarcas. Zelenski, quien llegó al poder prometiendo erradicar estas prácticas, ahora se encuentra en una encrucijada. Las protestas han sido impulsadas por la percepción de que sus reformas son un retroceso en la lucha contra la corrupción, lo que ha llevado a muchos a cuestionar su compromiso con la transparencia y la rendición de cuentas.
### La respuesta del gobierno y la reacción de la ciudadanía
El gobierno de Zelenski ha defendido sus acciones, argumentando que la reforma es necesaria para proteger a las agencias anticorrupción de una supuesta infiltración rusa. Según el Servicio Secreto de Ucrania, se han detectado intentos de la inteligencia rusa de influir en estas instituciones, lo que justificaría un mayor control gubernamental. Sin embargo, muchos ciudadanos y analistas ven esto como una excusa para debilitar la independencia de las agencias y silenciar las investigaciones que podrían comprometer a miembros del entorno cercano al presidente.
Las manifestaciones han sido notables no solo por su tamaño, sino también por la diversidad de sus participantes. Desde jóvenes activistas hasta veteranos de guerra, todos han expresado su descontento con las políticas del gobierno. Las pancartas llevadas por los manifestantes reflejan un sentimiento de traición, con lemas como «No he ido a la guerra para esto», que subrayan la frustración de aquellos que han luchado por un futuro mejor para Ucrania.
La situación se ha vuelto aún más tensa con la detención de figuras clave en la lucha anticorrupción, como el jefe de detectives de Nabu, Ruslan Maghamedrasulov, y el activista Vitalii Shabunin. Estas detenciones han sido interpretadas como un intento de silenciar a los críticos del gobierno y han generado una ola de indignación entre las organizaciones de derechos civiles, que han denunciado la politización de la justicia en Ucrania.
### La comunidad internacional y el futuro de Ucrania
La comunidad internacional ha reaccionado con preocupación ante los acontecimientos en Ucrania. Tanto el G7 como la Unión Europea han expresado su inquietud por el desmantelamiento de las salvaguardias que protegen la independencia de las agencias anticorrupción. La UE ha recordado a Zelenski que la lucha contra la corrupción es fundamental para la adhesión de Ucrania al bloque europeo y para la concesión de fondos de apoyo.
A medida que las protestas continúan, la presión sobre el gobierno de Zelenski aumenta. Muchos temen que su administración esté en riesgo de perder el apoyo popular y la legitimidad que ha mantenido durante los años de guerra. La percepción de que Ucrania está retrocediendo en su lucha contra la corrupción podría tener consecuencias graves para su futuro político y su relación con los aliados occidentales.
La situación actual plantea preguntas difíciles sobre el futuro de Ucrania y la dirección que tomará bajo el liderazgo de Zelenski. La lucha por la independencia de las agencias anticorrupción es un reflejo de una batalla más amplia por la democracia y la transparencia en el país. A medida que los ciudadanos continúan exigiendo rendición de cuentas, el gobierno se enfrenta a un desafío crucial: demostrar que está comprometido con la lucha contra la corrupción y que no se dejará influir por intereses políticos o externos.