María Luisa Cabañero, una figura emblemática en el ámbito de la lucha contra incendios en España, ha dejado una huella imborrable tras casi cuatro décadas de servicio en el Parque de Bomberos de Puertollano, Ciudad Real. A sus 59 años, Cabañero se despide de un trabajo que ha definido su vida, pero no sin antes compartir su inspiradora historia de valentía, dedicación y amor por la naturaleza.
### Un camino lleno de desafíos y logros
La historia de María Luisa comienza en un verano de 1986, cuando, tras impartir clases de natación, se enteró de una convocatoria para 135 plazas de bombero. Sin pensarlo dos veces, decidió presentarse. A pesar de ser una de las pocas mujeres en un campo tradicionalmente masculino, su determinación y habilidades la llevaron a convertirse en la primera mujer bombero de España. «No sabía que era la primera, solo quería hacer lo que me gustaba», comenta con humildad.
A lo largo de su carrera, Cabañero ha enfrentado innumerables desafíos, desde incendios devastadores hasta rescates en situaciones extremas. Su carácter resolutivo y su capacidad para actuar bajo presión la han convertido en una referencia para muchas mujeres que aspiran a seguir sus pasos. «El trabajo de bombero no es solo físico; es técnico y requiere mucha preparación mental», explica.
Uno de los momentos más impactantes de su carrera fue un incendio en Almadén, donde logró rescatar a una familia con seis hijos. «Cuando oímos a un niño llorar, nos dimos cuenta de que se habían olvidado de él. Lo encontramos debajo de una cama. Eso te marca», recuerda con emoción. Esta experiencia resalta la importancia de la valentía y la dedicación en su profesión, donde cada vida cuenta.
### Pasiones que trascienden el fuego
Más allá de su carrera como bombera, María Luisa es una apasionada nadadora y piloto de globos aerostáticos. Ha cruzado el Estrecho de Gibraltar en cinco ocasiones, todas sin neopreno, y ha competido en numerosas pruebas de natación en aguas abiertas. Su amor por el agua es evidente, y se entrena casi a diario en la piscina municipal que lleva su nombre. «Nado 4,000 metros casi a diario. Es mi forma de mantenerme activa y conectada con la naturaleza», dice con una sonrisa.
Su incursión en el mundo de los globos aerostáticos comenzó en el año 2000, cuando su hermano, piloto de ultraligero, la animó a probarlo. Desde entonces, ha fundado un club deportivo y posee tres globos. «Subir al cielo es pura paz. Flotas, no hay ruido. Solo el aire, el horizonte y tú», describe con entusiasmo.
María Luisa también ha sido reconocida internacionalmente por sus logros en natación, siendo incluida en el Salón Internacional de la Fama de Estados Unidos. Este reconocimiento no solo celebra sus hazañas acuáticas, sino que también destaca su papel como pionera en un mundo donde las mujeres aún luchan por ser reconocidas en profesiones tradicionalmente masculinas.
### Reflexiones sobre el machismo y el respeto en el trabajo
A lo largo de su carrera, Cabañero ha enfrentado el machismo y los prejuicios que a menudo acompañan a las mujeres en profesiones de alto riesgo. «Cuando empecé, era como un mono de feria. La gente no podía creer que una mujer estuviera en el camión de bomberos», recuerda. Sin embargo, su determinación y habilidades han desafiado estas percepciones. «El coraje no tiene género. He vivido con el término masculino toda mi vida. No me molesta. Soy mujer bombero», afirma con firmeza.
A pesar de los desafíos, María Luisa ha visto un cambio positivo en el ambiente laboral a lo largo de los años. «Ahora hay más respeto y compañerismo. Las mujeres en el cuerpo de bomberos son vistas como iguales», comenta. Este cambio es un reflejo de la evolución en la sociedad, donde cada vez más mujeres se están abriendo camino en profesiones que antes eran dominadas por hombres.
### La importancia de la educación y la conciencia ambiental
Uno de los temas que más le preocupan a Cabañero es la prevención de incendios y el respeto por la naturaleza. «El 95% de los incendios son provocados. La gente necesita entender el daño que causa», dice con indignación. Para ella, la educación y la conciencia ambiental son fundamentales para prevenir desastres. «Amar la naturaleza es clave. Cuando veo a alguien tirar una colilla o un papel al suelo, me enciendo. Hay que cuidar nuestro entorno», añade.
María Luisa Cabañero es un ejemplo de cómo la pasión y la dedicación pueden cambiar vidas y desafiar estereotipos. Su legado como la primera mujer bombero de España no solo inspira a futuras generaciones de mujeres, sino que también nos recuerda la importancia de la valentía, el respeto y la conexión con la naturaleza. Ahora, tras su jubilación, se prepara para nuevas aventuras, incluyendo un viaje a México para un festival de globos, donde podrá seguir disfrutando de su amor por el aire y el agua.
