En los últimos días, Marruecos ha sido escenario de una serie de manifestaciones lideradas por un grupo de jóvenes conocido como Gen Z 212. Este movimiento ha surgido como respuesta a la creciente insatisfacción con la situación económica y social del país, especialmente entre la juventud. Con una tasa de desempleo alarmante y una falta de oportunidades, los jóvenes marroquíes han decidido alzar su voz y exigir cambios significativos en su sociedad.
### La Crisis de la Juventud Marroquí
Marruecos, bajo el reinado de Mohamed VII, enfrenta una crisis que afecta especialmente a su población más joven. Con un 21% de desempleo, más de un millón de jóvenes ni estudian ni trabajan, lo que ha llevado a muchos a perder la esperanza y buscar oportunidades en Europa. Aquellos que logran encontrar empleo se enfrentan a sueldos que apenas les permiten sobrevivir, en un contexto de inflación galopante que ha deteriorado aún más su calidad de vida.
El descontento ha sido alimentado por la percepción de que el gobierno está más enfocado en la organización de eventos deportivos, como la Copa Africana de Naciones de 2025 y el Mundial de Fútbol de 2030, que en abordar las necesidades urgentes de la población. Este desvío de recursos ha sido visto como un insulto por muchos jóvenes, quienes sienten que sus necesidades básicas están siendo ignoradas en favor de la ostentación y el prestigio internacional.
El nombre del movimiento, Gen Z 212, hace referencia al prefijo telefónico de Marruecos, simbolizando el amor a la patria y la urgencia de un cambio. A través de redes sociales, los jóvenes han encontrado un espacio para organizarse y expresar sus demandas, utilizando plataformas como Discord para coordinar protestas y compartir información.
### Demandas y Propuestas del Movimiento
Los integrantes de Gen Z 212 han dejado claro que sus demandas van más allá de simples quejas. En las manifestaciones, corean lemas como «Queremos hospitales, no estadios», lo que refleja su deseo de que el gobierno priorice la inversión en servicios públicos esenciales como la salud y la educación. La privatización de estos servicios ha sido un punto de gran controversia, ya que muchos jóvenes consideran que esto aleja el acceso a la educación superior y a la atención médica de las clases más desfavorecidas.
Un caso emblemático que ha galvanizado el movimiento fue la reciente muerte de ocho mujeres embarazadas en un hospital público de Agadir, un trágico recordatorio del deterioro del sistema de salud en el país. Con solo 7.7 médicos por cada 10,000 habitantes, muy por debajo de los 25 recomendados por la OMS, los jóvenes han encontrado en esta tragedia un símbolo de la urgencia de su lucha.
Además de la salud y la educación, la corrupción ha sido un tema recurrente en las protestas. Los jóvenes exigen rendición de cuentas y justicia social, rechazando un sistema que consideran corrupto y que perpetúa la desigualdad. Con pancartas que claman por «el pueblo quiere salud, educación y rendición de cuentas», los manifestantes han dejado claro que su lucha es por un futuro mejor.
### La Influencia de Otras Protestas Globales
El movimiento Gen Z 212 no se desarrolla en un vacío. La reciente ola de protestas en Nepal ha servido de inspiración para muchos jóvenes marroquíes, quienes ven paralelismos en sus luchas por un futuro mejor. En Nepal, los jóvenes han exigido más inversiones en educación y bienestar, al tiempo que han denunciado la corrupción gubernamental. Este intercambio de ideas y estrategias ha fortalecido la determinación de los jóvenes marroquíes, quienes buscan un cambio similar en su propio país.
A pesar de la represión que han enfrentado, con la policía tratando de desactivar las manifestaciones, el movimiento ha logrado mantenerse activo y relevante. La falta de líderes visibles ha sido una estrategia deliberada, permitiendo que el movimiento se mantenga en la sombra y evite la represión directa. Esto ha permitido que Gen Z 212 se autodefina como un movimiento pacífico y patriótico, enfocado en el diálogo y la búsqueda de soluciones.
Mientras las manifestaciones continúan en ciudades como Rabat, Casablanca y Agadir, la respuesta del gobierno ha sido dura, con detenciones y represión. Sin embargo, la determinación de los jóvenes marroquíes parece inquebrantable. Con un mensaje claro y una organización efectiva, Gen Z 212 está marcando el comienzo de una nueva era de activismo juvenil en Marruecos, una era que podría redefinir el futuro del país.