La Diada de Catalunya, celebrada el 11 de septiembre, es una fecha emblemática que conmemora la caída de Barcelona en 1714 y se ha convertido en un símbolo de la identidad y la lucha por la autonomía catalana. En 2025, la celebración se llevó a cabo en un contexto político complejo, marcado por la ausencia de una mayoría independentista en el Parlament y la presencia del PSC al frente de la Generalitat. Este año, la jornada comenzó con la izada de una gran ‘senyera’ en el Parlament, seguida de un discurso institucional del president Salvador Illa, quien abogó por una Catalunya centrada en la defensa del autogobierno y la lengua catalana.
Desde primera hora de la mañana, las actividades de la Diada se sucedieron, comenzando con la tradicional ofrenda floral al monumento de Rafael Casanova. Este acto simbólico fue seguido por el evento político organizado por Òmnium Cultural y tres manifestaciones simultáneas en Barcelona, Tortosa y Girona, convocadas por las principales entidades independentistas. La jornada culminó con un acto institucional en el Teatre Nacional de Catalunya (TNC) y conciertos en el paseo de Lluís Companys, donde se celebró la cultura y la identidad catalana.
### La Defensa del Modelo Educativo Catalán
Uno de los temas centrales de la Diada de este año fue la defensa del modelo educativo catalán, especialmente tras la reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) que cuestiona la lengua catalana como lengua vehicular en las escuelas. El presidente de Òmnium Cultural, Xavier Antich, hizo un llamado a la defensa de este modelo, describiéndolo como un «pilar de la cohesión social». Antich enfatizó la necesidad de que el independentismo y el catalanismo democrático demuestren su fuerza y determinación frente a los ataques que buscan desmantelar este consenso.
Desde la Plataforma per la Llengua, su presidente, Òscar Escuder, también se pronunció en contra de la sentencia, argumentando que esta va en contra de la cohesión social y actúa como una herramienta de discriminación hacia quienes no hablan catalán. En este sentido, el presidente del Consejo de la República, Jordi Domingo, instó a «ejercer soberanías» y a defender la lengua catalana como un símbolo de identidad nacional.
La CUP, por su parte, advirtió que el futuro del catalán está en peligro sin la independencia de Catalunya. Su secretario general, Non Casadevall, subrayó que la reciente sentencia es una agresión del sistema judicial español a la lengua catalana y que, sin independencia, no hay futuro para el pueblo catalán ni para su lengua. Este sentimiento fue compartido por varios oradores durante la jornada, quienes hicieron hincapié en la necesidad de un cambio radical en la relación con el Estado español.
### Reacciones Políticas y Sociales
El discurso del president Salvador Illa fue objeto de críticas por parte de varios líderes políticos. Ignacio Garriga, secretario general de Vox, acusó a Illa de estar más preocupado por satisfacer a sus socios que por abordar las urgencias sociales de Catalunya. En contraste, Illa defendió su visión de una Catalunya centrada en la prosperidad y la unidad, dentro del marco legal e institucional.
Por otro lado, el expresidente Carles Puigdemont utilizó la Diada para recordar la lucha por la libertad que los Borbones arrebataron a los catalanes en el pasado, enfatizando la importancia de la independencia para el futuro de Catalunya. En un tono similar, Jordi Turull, secretario general de Junts, afirmó que Catalunya necesita un Estado propio que no esté en contra de sus intereses.
La jornada también fue un espacio para reivindicar la lucha por los derechos sociales y laborales. Los líderes de CCOO y UGT, Belén López y Camil Ros, respectivamente, se comprometieron a seguir luchando por la reducción de la jornada laboral y la defensa del catalán como lengua de cohesión. Ambos sindicatos hicieron un llamado a combatir los discursos de odio y a trabajar por una Catalunya más inclusiva y justa.
En un contexto de creciente polarización, la Diada de Catalunya 2025 se presentó como un día de reflexión y reivindicación, donde la defensa de la lengua, la identidad y los derechos sociales se entrelazaron en un mensaje común de resistencia y esperanza para el futuro de Catalunya.