La desaparición de Orlinda Marín, una mujer colombiana de 60 años, ha conmocionado a su familia y a la comunidad en general. Orlinda, quien viajó desde Cali a España para visitar a sus hijas, se perdió en el aeropuerto de Madrid tras un viaje lleno de emociones. Su historia es un recordatorio de los desafíos que enfrentan las familias cuando un ser querido desaparece, especialmente en un entorno desconocido.
**Un Viaje de Reencuentro**
Orlinda Marín había estado separada de sus hijas, Estefanía y Alexandra, durante más de dos años. Ambas jóvenes emigraron a España en busca de mejores oportunidades laborales, dejando atrás a su madre en Colombia. La familia decidió que era el momento adecuado para que Orlinda visitara a sus hijas en Ibiza, donde ellas trabajaban. Con una pequeña maleta y grandes expectativas, Orlinda llegó a España el 8 de junio, emocionada por el reencuentro y por la noticia de que iba a ser abuela.
Sin embargo, la alegría de la familia se tornó en angustia cuando, tras dos semanas de felicidad, Orlinda desapareció en el aeropuerto de Madrid. El 22 de junio, después de despedirse de sus hijas, Orlinda y su padre, Olinder, tomaron un vuelo hacia Colombia. Durante la escala en Madrid, Orlinda pidió ir al baño y, tras unos minutos, su padre se dio cuenta de que no había regresado. La búsqueda comenzó rápidamente, pero la incertidumbre se apoderó de la familia.
**La Búsqueda de Orlinda**
La familia de Orlinda, desesperada por encontrarla, se dirigió a la policía para reportar su desaparición. Las autoridades revisaron las cámaras de seguridad y confirmaron que Orlinda había salido del aeropuerto desorientada. La última imagen de ella fue capturada en una gasolinera cercana, lo que llevó a la policía a realizar búsquedas exhaustivas en la zona. Se exploraron terrenos alrededor del aeropuerto, así como áreas rurales y casas abandonadas, pero no se encontró rastro de la mujer.
La situación se complicó aún más cuando comenzaron a surgir rumores y comentarios ofensivos en redes sociales. Algunos ciudadanos insinuaron que Orlinda y su padre habían planeado quedarse en España, lo que causó un dolor adicional a la familia. Estefanía, la hija de Orlinda, expresó su frustración ante la falta de empatía de algunas personas: «No saben el daño que pueden hacer a quienes ya estamos sufriendo un dolor terrible».
A pesar de la angustia, la familia se mantiene esperanzada. Estefanía y su hermano Juan David han estado activos en la búsqueda de su madre, distribuyendo carteles y visitando hospitales y albergues en Madrid. Juan David, quien viajó desde Cali, ha dedicado sus días a recorrer la ciudad con la foto de su madre, buscando cualquier pista que pueda ayudar a encontrarla. La familia cree que Orlinda podría estar viva y que alguien podría haberla recogido sin saber que estaba desaparecida.
**El Impacto de la Desaparición**
La desaparición de Orlinda no solo ha afectado a su familia, sino que también ha puesto de relieve la vulnerabilidad de las personas mayores, especialmente aquellas que padecen enfermedades como la demencia. Orlinda había sido diagnosticada con demencia hace seis años, lo que complicó aún más su situación. Aunque alternaba momentos de lucidez con episodios de confusión, nunca había desaparecido antes. La familia se enfrenta a un doble desafío: la angustia por la desaparición y la preocupación por la salud mental de Orlinda.
La historia de Orlinda Marín es un recordatorio de la importancia de la atención y el cuidado hacia las personas mayores, así como de la necesidad de una respuesta rápida y efectiva ante las desapariciones. La familia continúa haciendo un llamado a la comunidad para que cualquier información, por pequeña que sea, sea reportada a la policía. La esperanza de encontrar a Orlinda con vida sigue viva, y su familia no se detendrá en su búsqueda.
Mientras tanto, Orlinda sigue siendo un símbolo de amor y resiliencia para sus hijos, quienes anhelan su regreso. La historia de su desaparición resuena en muchos corazones, recordándonos que cada vida es valiosa y que la esperanza nunca debe perderse.