La desafección de los jóvenes hacia la democracia es un fenómeno que ha cobrado relevancia en los últimos años, especialmente en el contexto europeo. Un reciente estudio de la Fundación Tui ha revelado que un alarmante 21% de los jóvenes encuestados en varios países europeos preferiría un gobierno autoritario bajo ciertas circunstancias. Este dato pone de manifiesto una crisis de confianza en el sistema democrático que, según los expertos, se ha ido gestando a lo largo de los años debido a la insatisfacción con las condiciones sociales y económicas actuales.
La encuesta, que abarcó a casi 7,000 jóvenes de entre 16 y 26 años en países como España, Alemania, Francia, Italia, Grecia, Polonia y Reino Unido, muestra que solo un 6% de los encuestados se siente satisfecho con el sistema político de su país. A pesar de que un 57% prefiere la democracia, la presión sobre este sistema es evidente, ya que un 43% de los jóvenes no considera que la democracia sea el mejor modelo de gobierno. Esta desafección se ve alimentada por la percepción de que el sistema no responde a sus expectativas, lo que genera un sentimiento de desencanto y frustración.
### Expectativas y Realidades: Un Desajuste Generacional
La socióloga María Silvestre, de la Universidad de Deusto, señala que los jóvenes de hoy han crecido en un entorno de promesas incumplidas. Se les ha enseñado que, si estudian y trabajan duro, podrán alcanzar un bienestar que, en muchos casos, se les ha negado. La realidad del empleo precario, las hipotecas inalcanzables y la falta de oportunidades han llevado a una profunda decepción. Este desajuste entre expectativas y realidades ha creado un caldo de cultivo para la desafección política.
Maite Aurrekoetxea, también profesora en la misma universidad, añade que los jóvenes actuales son más hedonistas y menos dispuestos a aceptar condiciones laborales que sus predecesores. La idea de trabajar largas horas sin cuestionar se ha desvanecido; ahora, los jóvenes buscan flexibilidad y equilibrio entre la vida laboral y personal. Este cambio en la mentalidad laboral refleja una transformación más amplia en los valores de la juventud, que se alejan de la ética del sacrificio que caracterizaba a generaciones anteriores.
El caso de Carlos Alcaraz, el joven tenista español, ilustra esta nueva perspectiva. Alcaraz no solo busca triunfar en el tenis, sino que también valora su tiempo libre y la posibilidad de disfrutar de la vida fuera de la competición. Este enfoque contrasta con la mentalidad de deportistas de generaciones pasadas, que se veían obligados a sacrificar su vida personal en pos del éxito profesional.
### La Influencia de la Extrema Derecha y el Miedo a lo Desconocido
En este contexto de desilusión, los mensajes de la extrema derecha han encontrado un terreno fértil. La encuesta revela que un 48% de los jóvenes europeos considera que la democracia en su país está en peligro. Este sentimiento de inseguridad ha llevado a algunos a mirar hacia ideologías autoritarias como una solución a sus problemas. En Alemania, por ejemplo, aunque un 71% de los jóvenes se identifica como pro-democracia, un 15% ha mostrado una creciente inclinación hacia el autoritarismo.
La percepción de que la inmigración representa una amenaza también ha aumentado, con un 38% de los jóvenes opinando que debería restringirse más. Este cambio en la narrativa refleja un miedo a lo desconocido y una búsqueda de un orden que muchos sienten que se ha perdido. La figura de la mujer tradicional y el deseo de regresar a roles de género más conservadores también están surgiendo como respuestas a los cambios sociales provocados por el feminismo y la igualdad de género.
La crítica hacia la Unión Europea también es notable, ya que un 53% de los jóvenes considera que la UE se ocupa de asuntos triviales. Sin embargo, a pesar de esta insatisfacción, el 66% de los jóvenes sigue viendo de manera positiva la pertenencia a la Unión, lo que sugiere un reconocimiento de los beneficios que la integración europea ha traído a sus vidas, como la movilidad y el acceso a oportunidades educativas.
La situación actual plantea un desafío significativo para los líderes políticos y las instituciones democráticas. La juventud, que ha vivido en un contexto de abundancia y oportunidades, se enfrenta ahora a un futuro incierto. La falta de referentes políticos que conecten con sus realidades y aspiraciones puede llevar a un mayor distanciamiento de la política tradicional y a una búsqueda de alternativas que, en algunos casos, pueden ser peligrosas. La necesidad de un diálogo abierto y de políticas que respondan a las inquietudes de esta generación es más urgente que nunca.