La IV Conferencia Internacional sobre Financiación al Desarrollo de la ONU se está llevando a cabo en Sevilla, donde líderes mundiales y representantes de organizaciones sociales se reúnen para abordar uno de los temas más críticos de nuestro tiempo: la financiación del desarrollo sostenible. Este evento, inaugurado por el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, se presenta como una plataforma crucial para discutir cómo enfrentar la pobreza extrema y la desigualdad en el mundo, especialmente en el contexto de la reciente retirada de Estados Unidos de las negociaciones de ayuda al desarrollo.
La ausencia de Donald Trump y su administración en esta cumbre ha dejado un vacío significativo en las discusiones sobre financiación. Estados Unidos, históricamente uno de los mayores donantes en este ámbito, ha decidido retirar a su equipo de negociadores del Compromiso de Sevilla, un acuerdo que busca establecer una hoja de ruta para la ayuda al desarrollo y la fiscalidad en los países más necesitados. Esta decisión ha generado inquietudes sobre cómo se podrá mantener la arquitectura financiera global sin el apoyo estadounidense, lo que plantea preguntas sobre el papel del sector privado y de los bancos de desarrollo en la movilización de fondos.
Durante su intervención, el rey Felipe VI enfatizó la importancia de no dejar pasar el tiempo sin actuar, citando a Antonio Machado: «Hoy es siempre todavía». Este mensaje resuena con la urgencia que sienten muchos países en desarrollo, que buscan esperanza y soluciones efectivas ante la crisis de financiación. Pedro Sánchez, por su parte, ha destacado la necesidad de un enfoque más social en las políticas globales, subrayando que la lucha contra la pobreza y la emergencia climática deben ser prioridades en la agenda internacional.
### La Visión de España en el Escenario Global
La cumbre en Sevilla no solo es una oportunidad para discutir la financiación al desarrollo, sino también para que España reafirme su compromiso con un enfoque más solidario en la política internacional. En un momento en que muchos países están recortando sus presupuestos destinados a la ayuda al desarrollo, España se mantiene firme en su objetivo de destinar el 0,7% de su PIB a este fin. Este compromiso fue reiterado por Sánchez, quien hizo un llamado a otros países para que sigan su ejemplo y no se desvíen de sus obligaciones en materia de cooperación internacional.
El presidente del Gobierno español también criticó el reciente pacto del G7 que exime a las multinacionales estadounidenses de un impuesto del 15%, lo que podría socavar los esfuerzos globales para establecer un sistema fiscal más justo. En sus palabras, «en tiempos de incertidumbre y tensión geopolítica, debemos reafirmar nuestro compromiso con el multilateralismo y la responsabilidad compartida». Esta postura es especialmente relevante en un contexto donde la financiación para el desarrollo sostenible se encuentra en riesgo debido a recortes drásticos en muchos países.
Sánchez delineó varios objetivos clave para la Conferencia de Sevilla, que incluyen empoderar a los países en desarrollo para que lideren sus propias estrategias de financiación, aliviar la deuda de estas naciones y promover un sistema fiscal que garantice que las grandes fortunas y empresas contribuyan de manera equitativa. Además, se hizo hincapié en la necesidad de mejorar el acceso de las mujeres a la financiación, reconociendo su papel crucial en el desarrollo sostenible.
### La Urgencia de Actuar: Un Llamado a la Movilización de Recursos
La situación actual exige una respuesta inmediata y efectiva. Durante la cumbre, se ha destacado que dos de cada cinco personas en el mundo viven en países que destinan más recursos a financiar su deuda que a invertir en gasto social. Esta realidad es alarmante y requiere un cambio de paradigma en la forma en que se gestionan los recursos a nivel global. Sánchez ha instado a activar al sector privado para movilizar fondos que puedan ser utilizados en iniciativas de desarrollo, enfatizando que «debemos actuar con coraje y empezar desde hoy».
La cumbre de Sevilla se presenta como un momento decisivo para la comunidad internacional. No es solo una reunión más; es una oportunidad para reafirmar el compromiso colectivo hacia un futuro más justo y sostenible. La participación activa de líderes mundiales y organizaciones sociales es fundamental para garantizar que las necesidades de los países en desarrollo sean atendidas y que se implementen políticas efectivas que promuevan el bienestar de sus poblaciones.
En este contexto, la voz de España se alza como un referente en la lucha por un mundo más equitativo. La cumbre no solo busca abordar los desafíos actuales, sino también establecer un camino claro hacia un futuro donde la cooperación y la solidaridad sean los pilares de la política internacional. La esperanza está en que, a través de este tipo de foros, se logren acuerdos que transformen la realidad de millones de personas en el mundo, permitiendo que sus esperanzas y necesidades sean finalmente atendidas.