La reciente oferta pública de adquisición (OPA) del BBVA sobre el Banco Sabadell ha desatado una intensa batalla de declaraciones y estrategias entre ambas entidades. Este enfrentamiento no solo se limita a los números y porcentajes, sino que también involucra la percepción de los accionistas y la confianza en el futuro de ambas instituciones. A medida que se acerca el plazo de aceptación de la OPA, que finaliza a la medianoche del próximo viernes, las posturas de ambos bancos se han vuelto más marcadas y contradictorias.
### La Estrategia del BBVA
El BBVA ha manifestado su confianza en que logrará superar el 50% del capital social del Sabadell, un objetivo que su consejero delegado, Onur Genç, considera alcanzable tras haber mantenido conversaciones con una amplia gama de accionistas. Según Genç, la mayoría de los inversores institucionales han mostrado una disposición favorable hacia la OPA, lo que le lleva a estimar que podría obtener entre el 60% y el 70% de aceptación. Esta afirmación se basa en la interacción directa con los accionistas, donde muchos han indicado que planean aceptar la oferta.
Uno de los puntos clave en la estrategia del BBVA es el apoyo de David Martínez, un importante accionista del Sabadell que ha decidido acudir a la OPA con su 3,86% del capital. Este respaldo, junto con la participación esperada de los fondos de inversión pasivos, que representan el 20% del capital del Sabadell, podría proporcionar un impulso significativo a la oferta del BBVA. Genç ha destacado que estos fondos suelen participar en las OPAs en proporción a lo que creen que será la aceptación, lo que podría traducirse en un incremento adicional del 10% al capital que el BBVA espera obtener.
Sin embargo, el BBVA también enfrenta el desafío de convencer a los accionistas minoristas, que representan una parte considerable del capital del Sabadell. Aunque el banco solo tiene información sobre el 2% de los accionistas minoristas que tienen sus acciones depositadas en el BBVA, Genç ha señalado que ha observado un aumento en la aceptación por parte de estos inversores, quienes ahora tienen la opción de acudir a las oficinas del BBVA para participar en la OPA.
### La Respuesta del Banco Sabadell
Por otro lado, el Banco Sabadell ha adoptado una postura más cautelosa y defensiva. Su consejero delegado, César González-Bueno, ha cuestionado las proyecciones del BBVA, afirmando que alcanzar el 30% de aceptación es un objetivo extremadamente difícil. Según sus estimaciones, los accionistas minoristas que aceptarían la OPA representarían solo entre el 2% y el 4% del capital social. Esta cifra se basa en el ritmo de aceptación observado hasta ahora, que González-Bueno describe como un «goteo».
El Sabadell también ha expresado dudas sobre la disposición de los fondos de inversión pasivos para aceptar la OPA. González-Bueno ha argumentado que estos fondos podrían estar más inclinados a esperar una segunda OPA, lo que podría resultar en una aceptación mucho menor de lo que el BBVA anticipa. En su análisis, el Sabadell estima que la aceptación podría rondar el 25%, lo que contrasta fuertemente con las expectativas más optimistas del BBVA.
La batalla de narrativas entre ambos bancos no solo se centra en los números, sino también en la percepción que los accionistas tienen sobre la oferta. El BBVA busca generar un efecto arrastre que motive a los accionistas indecisos a aceptar la OPA, mientras que el Sabadell intenta sembrar dudas sobre la viabilidad de la oferta inicial y la posibilidad de una segunda OPA más atractiva.
### Implicaciones para el Mercado
La guerra de declaraciones entre el BBVA y el Sabadell refleja la complejidad del mercado financiero y la importancia de la confianza de los inversores. La OPA no solo tiene implicaciones para las dos entidades involucradas, sino que también puede afectar la percepción general del sector bancario en España. La forma en que se resuelva esta disputa podría sentar un precedente para futuras operaciones en el mercado, especialmente en un contexto donde la consolidación bancaria es cada vez más común.
Los accionistas, tanto institucionales como minoristas, se encuentran en una encrucijada, y su decisión no solo influirá en el resultado de esta OPA, sino que también podría tener repercusiones en la dirección futura de ambas entidades. La incertidumbre que rodea a la OPA del BBVA sobre el Sabadell es un recordatorio de que, en el mundo de las finanzas, las proyecciones y las expectativas pueden cambiar rápidamente, y la confianza de los inversores es un activo invaluable.