La situación en la Franja de Gaza ha alcanzado un nuevo nivel de tensión y violencia con el reciente bombardeo israelí que ha devastado la torre Mushtaha, un edificio residencial de doce pisos en Ciudad de Gaza. Este ataque, que tuvo lugar el 5 de septiembre de 2025, marca un hito en la prolongada operación militar israelí, que ya lleva 700 días en curso. El ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, ha declarado que este es solo el comienzo de una ofensiva que promete intensificarse hasta que Hamás acepte las condiciones impuestas por el gobierno israelí para poner fin a la guerra.
El bombardeo de la torre Mushtaha no solo ha resultado en la destrucción de la estructura, sino que también ha desplazado a cientos de residentes, muchos de los cuales se habían refugiado en el edificio buscando seguridad. En un video compartido en redes sociales, se puede ver el momento en que los misiles impactan en el edificio, reduciéndolo a escombros. Katz ha enfatizado que una vez que se abren «las puertas del infierno», no habrá vuelta atrás, y que la actividad militar se intensificará en los próximos días.
### La Respuesta de Hamás y la Guerra Psicológica
En respuesta a la escalada de violencia, Hamás ha publicado un video con dos de sus rehenes, quienes han hecho un llamado desesperado para que se ponga fin al conflicto y se les permita regresar a sus familias. Este acto no solo busca generar empatía, sino que también forma parte de una estrategia más amplia de guerra psicológica que Hamás ha estado utilizando a lo largo del conflicto. A pesar de estos esfuerzos, el gobierno israelí, liderado por el primer ministro Benjamín Netanyahu, parece mantener su enfoque en la ofensiva militar, sin priorizar la liberación de los rehenes.
El portavoz militar israelí, Effie Defrin, ha declarado que el ejército controla actualmente el 40% de Ciudad de Gaza y que la operación continuará expandiéndose. Esta declaración ha generado preocupación entre los civiles que aún permanecen en la zona, ya que se estima que más de 900,000 personas viven en condiciones extremas, enfrentándose a la muerte diaria por bombardeos o por la falta de alimentos.
Mientras tanto, las familias de los rehenes han organizado protestas pidiendo un alto el fuego, argumentando que las operaciones en Ciudad de Gaza representan una amenaza directa para sus seres queridos. Sin embargo, el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, ha desestimado estas preocupaciones, afirmando que el «terror psicológico» de Hamás busca detener la operación militar. Su respuesta ha sido clara: una ocupación total y una represión contundente son necesarias para asegurar la liberación de los rehenes.
### La Dimensión Internacional del Conflicto
La situación en Gaza no solo es un problema local, sino que también tiene implicaciones internacionales. Recientemente, se ha informado de un nuevo intento por parte de Estados Unidos de mediar en el conflicto, aunque los resultados de estas negociaciones siguen siendo inciertos. La operación militar en Gaza ha sido descrita por Netanyahu como un «momento decisivo», lo que sugiere que el gobierno israelí está dispuesto a continuar su ofensiva a pesar de la presión internacional.
Además, el plan de Donald Trump para convertir Gaza en una especie de «Riviera de Oriente Medio» ha sido un tema de controversia. Este plan incluye la expulsión de dos millones de palestinos, lo que ha sido rechazado rotundamente por Egipto y Jordania, quienes han dejado claro que el desplazamiento de los gazatíes no es una opción. El ministro de Asuntos Exteriores egipcio, Badr Abdelatty, ha declarado que tal maniobra significaría la liquidación de la causa palestina y ha enfatizado que no hay fundamento legal, moral ni ético para desalojar a la población de su tierra.
La respuesta de Netanyahu a estas declaraciones ha sido acusar a Egipto de preferir «encarcelar» a los residentes de Gaza en lugar de permitirles salir de la zona de guerra. Esta retórica ha intensificado aún más las tensiones entre Israel y sus aliados en la región, complicando aún más la búsqueda de una solución pacífica al conflicto.
La situación en Gaza sigue siendo crítica, con un número creciente de víctimas y un impacto humanitario devastador. La comunidad internacional observa con preocupación cómo se desarrolla este conflicto, mientras los civiles continúan sufriendo las consecuencias de una guerra que parece no tener fin.