La ganadería asturiana enfrenta un desafío significativo en la actualidad, marcado por la pérdida de profesionales en el sector y la creciente concentración de explotaciones. Este fenómeno ha llevado a una presión adicional sobre el territorio y a la necesidad de gestionar de manera eficiente los residuos generados, como los purines y sueros. En este contexto, surge Agrolinera, una iniciativa que busca implementar la economía circular en las queserías y ganaderías de Asturias, con el objetivo de valorizar estos subproductos y ofrecer soluciones sostenibles.
### La Necesidad de Innovar en el Sector Ganadero
Asturias ha sido históricamente conocida por su rica tradición ganadera, pero en los últimos años ha visto una disminución notable en el número de explotaciones. Este cambio ha generado una concentración de la producción, lo que a su vez ha incrementado la presión sobre el medio ambiente y la gestión de residuos. Verónica Menéndez y Juan Gutiérrez, fundadores de Agrolinera, han identificado esta problemática y han decidido actuar. Su experiencia internacional en países como China y Estados Unidos les ha proporcionado una perspectiva única sobre cómo abordar los desafíos que enfrenta la ganadería asturiana.
La idea de crear una planta de biogás en la región surgió como una solución viable para gestionar los residuos de las pequeñas explotaciones ganaderas y las queserías del oriente asturiano. Sin embargo, la logística y los costos asociados a la recolección de estos residuos representaban un obstáculo. Menéndez explica que, a pesar de la necesidad, los números no salían, ya que el residuo en sí tiene un valor muy limitado. Por ello, la clave está en la digitalización y la automatización de procesos, que permitirán optimizar la gestión de estos subproductos.
### Implementación de la Economía Circular
El enfoque de Agrolinera se centra en aplicar principios de economía circular para transformar los residuos en recursos valiosos. Esto no solo implica la creación de una planta de biogás, sino también el desarrollo de sistemas que permitan el control de calidad de los subproductos orgánicos. Menéndez destaca que su objetivo es adaptar los sistemas a las características del territorio y a los tipos de residuos disponibles, en lugar de forzar a los residuos a encajar en un modelo preestablecido.
Cabrales, una de las zonas más emblemáticas de Asturias, ha sido elegida como el lugar para desarrollar un proyecto piloto. Esta región presenta un caso extremo, con pequeñas ganaderías y queserías, además de una agricultura limitada debido a la protección del parque nacional. Gutiérrez señala que la clave para mantener la población en estas áreas no radica en atraer nuevas industrias, sino en hacer que las existentes sean rentables y sostenibles.
El proyecto de Agrolinera no solo busca mejorar la gestión de residuos, sino también fomentar la colaboración entre las pequeñas explotaciones ganaderas y queserías. La idea es extender la iniciativa a unas cincuenta queserías de las Denominaciones de Origen Protegidas (DOP) de Cabrales y Gamonéu, creando un modelo replicable que pueda ser implementado en otras regiones de Asturias y Europa.
Sin embargo, la implementación de la planta de biogás ha encontrado cierta resistencia por parte de algunos grupos que temen el impacto ambiental de este tipo de instalaciones. Menéndez y Gutiérrez se muestran comprensivos ante estas preocupaciones y están dispuestos a dialogar y proporcionar información sobre su proyecto. Aseguran que su intención es generar un impacto positivo en la comunidad y que están comprometidos con el uso de tecnologías que minimicen cualquier efecto negativo.
La economía circular no solo se trata de gestionar residuos, sino de crear un ciclo sostenible que beneficie a todos los actores involucrados. Al convertir los sueros y purines en biogás, Agrolinera no solo está contribuyendo a la sostenibilidad del sector ganadero, sino que también está ayudando a reducir la huella de carbono de la producción láctea en Asturias. Este enfoque innovador podría ser un modelo a seguir para otras regiones que enfrentan desafíos similares en la gestión de residuos y la sostenibilidad de sus industrias.
El futuro de la ganadería asturiana podría depender en gran medida de la capacidad de los emprendedores como Menéndez y Gutiérrez para implementar soluciones creativas y sostenibles. A medida que el sector se adapta a las nuevas realidades económicas y ambientales, iniciativas como Agrolinera podrían ser clave para revitalizar la industria, mantener la población rural y proteger el patrimonio cultural de Asturias.