La transición hacia un modelo de transporte más sostenible es una de las prioridades en la agenda global actual. En este contexto, el hidrobiodiésel (HVO, por sus siglas en inglés) se presenta como una alternativa viable y efectiva para reducir la huella de carbono en el sector del transporte. Este combustible renovable, producido a partir de residuos orgánicos, está ganando terreno en diversas flotas de autobuses en España, destacando la colaboración entre empresas como Repsol y ALSA.
### El Hidrobiodiésel: Una Solución Ecológica
El HVO es un combustible diésel renovable que se obtiene mediante un proceso de hidrogenación de materias primas como aceites vegetales reciclados, biomasa y otros residuos agroalimentarios. A diferencia del diésel convencional, el HVO ofrece una reducción significativa en las emisiones de CO2, lo que lo convierte en una opción atractiva para empresas que buscan cumplir con sus objetivos de sostenibilidad. Según Tamara Galindo, gerente de combustibles renovables en Repsol, «con la gasolina y con el diésel de origen 100% renovable se reducen emisiones netas de CO2 en los vehículos actuales desde ya, sin cambiar nada». Esto significa que los vehículos diésel, gasolina e híbridos pueden utilizar este combustible sin necesidad de modificaciones, lo que facilita su adopción en el mercado.
En 2021, ALSA se convirtió en pionera al realizar pruebas piloto con HVO en su flota de autobuses urbanos en Bilbao, una experiencia que se extendió a otras ciudades como Burgos, León y Granada. Durante el año pasado, ALSA utilizó más de 60,000 litros de diésel Nexa, la marca de combustibles renovables de Repsol, en operaciones reales. Sin embargo, se espera que este consumo se dispare en 2025, con un pronóstico de cinco millones de litros de HVO para sus autocares de largo recorrido. Francisco Iglesias, consejero delegado de ALSA, ha afirmado que la empresa ya ha adaptado sus instalaciones en Madrid para el suministro exclusivo de este combustible.
### Trazabilidad y Compromiso con la Sostenibilidad
La colaboración entre ALSA y Repsol no se limita únicamente al suministro de combustibles renovables. Ambas empresas han implementado un proyecto de trazabilidad digital que permite monitorizar el uso de estos combustibles a lo largo de toda la cadena de valor. Este sistema no solo ayuda a medir la huella de carbono real, sino que también permite cuantificar el ahorro de emisiones, un aspecto crucial para las empresas que buscan demostrar su compromiso con la sostenibilidad.
La alianza entre ALSA y Repsol, que se ha consolidado a lo largo de tres décadas, tiene como objetivo reforzar su compromiso con la descarbonización y la movilidad sostenible. En el marco de este acuerdo, se explorarán oportunidades para el desarrollo de soluciones basadas en hidrógeno y biometano, así como iniciativas relacionadas con el suministro de electricidad 100% renovable y energía solar fotovoltaica. «Juntos impulsaremos soluciones multienergía que nos permitan avanzar hacia una movilidad más eficiente, conectada y baja en emisiones», ha declarado un portavoz de ALSA.
Este enfoque integral no solo beneficia a las empresas involucradas, sino que también tiene un impacto positivo en el medio ambiente y en la calidad del aire en las ciudades donde operan. La implementación de combustibles renovables como el HVO es un paso significativo hacia la reducción de la dependencia de combustibles fósiles y la mitigación del cambio climático.
A medida que la demanda de soluciones de transporte sostenibles continúa creciendo, es probable que más empresas sigan el ejemplo de ALSA y Repsol. La transición hacia un modelo de transporte más ecológico no solo es necesaria, sino que también representa una oportunidad para la innovación y el desarrollo de nuevas tecnologías que pueden transformar la industria del transporte en su conjunto. Con el apoyo de políticas gubernamentales y la colaboración entre el sector público y privado, el futuro del transporte puede ser más limpio y sostenible, beneficiando a las generaciones venideras.