Una reciente sentencia judicial ha puesto de manifiesto las graves implicaciones que pueden surgir de una intervención quirúrgica mal indicada. En este caso, el Juzgado de Primera Instancia número 3 de Vigo y la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Pontevedra han condenado a la aseguradora Sanitas a indemnizar con 479.330 euros a la familia de un hombre que falleció en 2017 tras una operación que, según los jueces, no debía haberse realizado. La suma total que la compañía deberá abonar podría superar los 500.000 euros, incluyendo intereses derivados de la Ley de Contrato de Seguro.
La historia comienza en 2012, cuando el paciente fue diagnosticado de diverticulitis de sigma, una inflamación en el colon. A pesar de su diagnóstico y de las crisis de dolor que experimentaba, el cirujano que lo atendió decidió realizar una hemicolectomía izquierda por laparoscopia en abril de 2017. Sin embargo, el paciente padecía una hepatopatía por cirrosis hepática que no había sido diagnosticada previamente, lo que complicó su recuperación y llevó a su ingreso en la UCI. Finalmente, el 20 de mayo de 2017, el hombre falleció.
La sentencia inicial, emitida en diciembre de 2022, ya había estimado la demanda de la familia, representada por el abogado Alfonso Iglesias. El magistrado enfatizó que la intervención quirúrgica no estaba indicada, ya que no existía evidencia de que la enfermedad diverticular requiriese cirugía. Además, se cuestionó la falta de un consentimiento informado adecuado, lo que plantea serias dudas sobre la ética de la decisión médica tomada.
### La responsabilidad médica y el consentimiento informado
El fallo del tribunal no solo se centró en la falta de indicación para la cirugía, sino que también subrayó la responsabilidad del cirujano en la evaluación del estado de salud del paciente. El juez destacó que, a pesar de los tratamientos ineficaces previos, esto no justificaba la realización de una cirugía tan invasiva, especialmente sin un diagnóstico claro de la hepatopatía que complicaba la situación del paciente. La falta de pruebas que confirmaran la evolución de la enfermedad del hígado fue calificada como un «error no disculpable».
La importancia del consentimiento informado en procedimientos quirúrgicos es un aspecto crucial que se ha debatido ampliamente en el ámbito médico. Este documento no solo protege al paciente, sino que también asegura que el médico actúe con la debida diligencia. En este caso, el juez determinó que no se había proporcionado un consentimiento informado adecuado, lo que agrava aún más la responsabilidad de la aseguradora y del cirujano.
### Implicaciones para el sistema de salud y las aseguradoras
Este caso pone de relieve las implicaciones más amplias para el sistema de salud y las aseguradoras. La condena a Sanitas no solo representa una carga financiera significativa, sino que también plantea preguntas sobre la calidad de la atención médica y la necesidad de protocolos más estrictos en la evaluación de pacientes antes de realizar intervenciones quirúrgicas.
Las aseguradoras, como Sanitas, deben asegurarse de que sus médicos sigan las mejores prácticas y protocolos establecidos para evitar situaciones similares en el futuro. La falta de una evaluación exhaustiva de la historia clínica del paciente puede resultar en consecuencias fatales, como se evidenció en este caso. Además, la presión para realizar procedimientos quirúrgicos puede llevar a decisiones apresuradas que no siempre son en el mejor interés del paciente.
La sentencia también abre la puerta a que otras familias afectadas por situaciones similares busquen justicia y compensación. La confianza en el sistema de salud es fundamental, y casos como este pueden erosionar esa confianza si no se toman medidas adecuadas para garantizar la seguridad y el bienestar de los pacientes.
En resumen, la trágica historia de este paciente y su familia resalta la importancia de la correcta evaluación médica y la necesidad de un consentimiento informado claro y comprensible. Las decisiones médicas deben basarse en la evidencia y en el bienestar del paciente, y cualquier desviación de este principio puede tener consecuencias devastadoras. La indemnización otorgada a la familia es un recordatorio de que la responsabilidad médica es un pilar fundamental en la práctica de la medicina y en la relación entre pacientes y profesionales de la salud.