El verano de 2025 ha sido testigo de un clima extremo que ha dejado una huella significativa en la economía europea. Las olas de calor, sequías e inundaciones han generado un coste macroeconómico que se estima en 43.000 millones de euros para este año, con proyecciones que alcanzan los 126.000 millones para 2029. Este alarmante informe, elaborado por la Universidad de Mannheim en colaboración con el Banco Central Europeo, pone de manifiesto la vulnerabilidad de países como España, que se enfrenta a pérdidas de hasta 12.000 millones a corto plazo y 34.000 millones a medio plazo.
La metodología utilizada en este estudio combina datos meteorológicos de los meses de junio a agosto de 2025 con coeficientes de eventos extremos, lo que permite obtener estimaciones monetarias del impacto en la actividad económica. En el caso de España, las pérdidas representan entre el 0,8 % y el 2,4 % del Valor Añadido Bruto (VAB) total del país en 2024, lo que la convierte en la nación más afectada de la Unión Europea en términos de pérdidas económicas.
### Efectos Directos e Indirectos de los Fenómenos Meteorológicos
Los fenómenos meteorológicos extremos no solo afectan de manera directa a la economía, sino que sus efectos se extienden a lo largo del tiempo y a través de múltiples canales. Según el estudio, 96 regiones experimentaron olas de calor, 195 sufrieron sequías y 53 se vieron afectadas por inundaciones. Cada uno de estos fenómenos tiene un impacto específico en diferentes sectores económicos. Por ejemplo, el calor extremo reduce la productividad en sectores como la construcción y la hostelería, mientras que la sequía afecta principalmente a la agricultura. Las inundaciones, por su parte, causan daños directos a infraestructuras y edificios, además de interrumpir las cadenas de suministro, lo que genera pérdidas indirectas significativas.
El informe destaca que las estimaciones de pérdidas económicas son probablemente conservadoras, ya que no incluyen otros peligros como los incendios forestales, que han sido particularmente devastadores durante los meses de verano. Además, las cifras de pérdidas económicas suelen centrarse en daños a activos físicos, sin tener en cuenta la reducción de la productividad o los efectos indirectos que estos fenómenos pueden causar en la economía.
### Diferencias Regionales en la Vulnerabilidad al Clima Extremo
El estudio también revela que los países europeos enfrentan diferentes perfiles de riesgo ante el clima extremo. Las naciones del sur de Europa, como España, Italia, Portugal, Grecia y el sur de Francia, son las más vulnerables a las olas de calor y sequías. En contraste, los países del norte y centro de Europa, como Dinamarca, Suecia y Alemania, aunque muestran daños relativamente menores, están experimentando un aumento en la frecuencia y magnitud de fenómenos extremos, especialmente inundaciones.
Las economías más pequeñas, como Bulgaria, Malta y Chipre, son altamente vulnerables, con grandes pérdidas en proporción a su VAB. Por ejemplo, en Italia, se estima que las pérdidas alcanzarán los 11.900 millones de euros en 2025 y podrían llegar a 34.200 millones en 2029. En Francia, las proyecciones son de 10.100 millones en 2025 y 33.900 millones en 2029. Estas cifras reflejan la gravedad de la situación y la necesidad urgente de que Europa se prepare para enfrentar esta nueva realidad climática.
Los autores del estudio subrayan que es crucial contar con estimaciones de impacto oportunas para que los responsables políticos puedan orientar el apoyo y adaptar estrategias mientras los efectos de los fenómenos extremos aún se están desarrollando. Esto incluye no solo la reducción urgente de emisiones, sino también un aumento en la inversión en adaptación climática, como la mejora de la gestión del agua y la protección frente al calor en las ciudades.
El clima extremo está aquí para quedarse, y su impacto en la economía europea es innegable. Con cada ola de calor, sequía o inundación, las pérdidas económicas se acumulan, afectando no solo a las cifras de producción, sino también a la calidad de vida de millones de personas. La necesidad de una respuesta coordinada y efectiva es más urgente que nunca, y el tiempo para actuar es ahora.