La economía sumergida en Asturias ha sido objeto de estudio en los últimos años, revelando cifras alarmantes que reflejan la magnitud de este fenómeno. Con un movimiento anual de aproximadamente 4.000 millones de euros, la economía informal en esta comunidad autónoma se asemeja al gasto destinado a la educación pública, lo que plantea serias preocupaciones sobre la salud económica y social de la región. Este artículo explora las dimensiones, causas y consecuencias de la economía sumergida en Asturias, así como su evolución en el contexto nacional.
La economía sumergida, también conocida como economía informal o irregular, se refiere a aquellas actividades económicas que, aunque generan valor añadido, son deliberadamente ocultadas para evitar su contabilización en la renta nacional. Este fenómeno no solo afecta a la recaudación fiscal, sino que también tiene implicaciones profundas en la estructura económica y social de la región.
### Evolución y Dimensiones de la Economía Sumergida en Asturias
Según un estudio reciente realizado por investigadores de la Universidad de Murcia, la economía sumergida en Asturias ha experimentado una notable reducción en las últimas dos décadas. Entre 2004 y 2022, la proporción de la economía informal en relación al Producto Interior Bruto (PIB) ha disminuido del 21,7% al 15,4%. A pesar de esta disminución, el valor estimado de las actividades no declaradas alcanzó los 4.100 millones de euros en el último año analizado.
Asturias se posiciona por debajo de la media nacional, que se sitúa en un 15,8%, lo que la convierte en la octava comunidad autónoma con menor economía informal. Las regiones con menor incidencia de economía sumergida son Madrid, País Vasco y Cataluña, mientras que el sur de España, especialmente Andalucía y Canarias, lidera el ranking de economía informal. Este patrón geográfico sugiere que la economía sumergida tiende a ser más prevalente en áreas con menor desarrollo económico.
### Causas de la Economía Informal
El estudio también identifica diversas causas que contribuyen a la existencia de la economía sumergida en Asturias. Una de las principales razones es la relación inversa entre el nivel de desarrollo económico y la propensión a la evasión fiscal. En general, las regiones más prósperas tienden a tener una menor incidencia de actividades no declaradas. Esto se debe a que, en áreas con un mayor nivel de riqueza, la presión fiscal es más llevadera y las oportunidades de empleo formal son más abundantes.
Además, el estudio destaca que la economía sumergida tiende a estar más presente en sectores como la agricultura y el turismo, donde la informalidad puede ser más común debido a la naturaleza de las actividades. La presión fiscal también juega un papel crucial; a medida que los impuestos aumentan, la evasión fiscal tiende a intensificarse. Sin embargo, en el caso de Asturias, la carga tributaria no parece ser significativamente mayor que en otras comunidades autónomas, lo que sugiere que otros factores podrían estar influyendo en la economía informal.
### Consecuencias para las Arcas Públicas
La economía sumergida no solo afecta a los trabajadores y empresarios involucrados, sino que también tiene un impacto considerable en las finanzas públicas. El informe estima que la evasión fiscal y las cotizaciones sociales derivadas de la economía informal podrían costar al erario público entre 740 y 900 millones de euros anuales. Esta cifra es notablemente cercana al gasto que el Principado destina a la educación pública, que se estima en alrededor de 1.000 millones de euros para el año 2024.
La pérdida de ingresos fiscales debido a la economía sumergida plantea desafíos significativos para el gobierno regional, que se ve obligado a encontrar formas de compensar esta merma en los recursos. La falta de recaudación adecuada puede limitar la capacidad del gobierno para invertir en servicios públicos esenciales, como la educación, la salud y la infraestructura.
### Reflexiones Finales
La economía sumergida en Asturias es un fenómeno complejo que refleja tanto las dinámicas económicas locales como las tendencias más amplias en el contexto nacional. A pesar de la reducción en su tamaño en las últimas dos décadas, la magnitud de las actividades no declaradas sigue siendo preocupante. La relación entre el desarrollo económico, la presión fiscal y la informalidad es un área que merece una atención continua, ya que las políticas públicas deben adaptarse para abordar este desafío de manera efectiva. La lucha contra la economía sumergida no solo es crucial para mejorar la recaudación fiscal, sino también para garantizar un entorno económico más justo y equitativo para todos los ciudadanos.