La ciudad de Gijón ha sido escenario de un emotivo homenaje al Papa Francisco, quien ha dejado una huella imborrable en la comunidad católica y más allá. Este tributo se llevó a cabo en un contexto de reflexión y agradecimiento, donde se destacó el impacto del Papa en la vida de muchas personas, independientemente de su fe. La celebración, que tuvo lugar en la iglesia de La Inmaculada, fue coordinada por Alfredo Flórez Cienfuegos-Jovellanos, un destacado miembro de la Plataforma Apostólica de Asturias. Durante su homilía, Flórez enfatizó la importancia del legado del Papa, describiéndolo como un líder que ha promovido la esperanza y la alegría en tiempos difíciles.
### La Misa de Acción de Gracias
El evento comenzó con una misa de acción de gracias, donde los feligreses se reunieron para rendir homenaje a la figura del Papa Francisco. La iglesia estaba llena de devotos que escucharon atentamente las palabras de Flórez, quien recordó que el Papa ha dejado una «huella imborrable» en la historia de la Iglesia. «Damos gracias por su vida, legado, presencia y cercanía», afirmó, resaltando la conexión que Francisco ha establecido con personas de diversas creencias.
La misa incluyó la interpretación de la canción «Solo le pido a Dios» por parte del coro, creando un ambiente de reflexión y unidad. Durante la ceremonia, se proyectaron imágenes y frases del Papa, lo que permitió a los asistentes recordar momentos significativos de su papado. Flórez también hizo hincapié en la importancia de la solidaridad y la reconciliación que el Papa ha promovido, señalando que su mensaje ha llegado a muchos, incluso a aquellos que no se identifican como católicos.
El coordinador de la Plataforma Apostólica comparó el legado de Francisco con el de Juan XXIII, afirmando que ambos Papas han marcado un antes y un después en la historia de la Iglesia. «Francisco ha marcado un punto de no retorno», subrayó, sugiriendo que su influencia se sentirá en los años venideros.
### Reflexiones sobre el Papa del Pueblo
Javier Gómez Cuesta, párroco de San Pedro, también ofreció su perspectiva durante la eucaristía matinal. En su homilía, destacó el aprecio que el Papa Francisco tenía por el «santo pueblo de Dios», un término que él mismo utilizaba para referirse a la comunidad cristiana. Gómez Cuesta mencionó la presencia de autoridades y fieles en Roma durante los últimos días del Papa, lo que refleja el impacto que tuvo en la vida de muchos.
«Se decía que no era un gran teólogo y que no brilló por su doctrina. Lo que hizo fue brillar por acercar el evangelio a gente humilde. Quiso ser un Papa del pueblo», comentó Gómez Cuesta, resaltando la esencia del papado de Francisco. Esta visión del Papa como un líder accesible y cercano ha resonado profundamente en la comunidad, y su legado se percibe como un llamado a la acción y a la compasión.
El homenaje en Gijón no solo fue un evento religioso, sino también una oportunidad para que la comunidad reflexionara sobre los valores que el Papa Francisco ha promovido: la humildad, la solidaridad y el amor al prójimo. En un mundo donde a menudo prevalecen la división y el conflicto, el mensaje del Papa ha sido un faro de esperanza para muchos.
A medida que la comunidad de Gijón se une para recordar al Papa Francisco, queda claro que su legado perdurará en los corazones de aquellos que han sido tocados por su mensaje. La misa de acción de gracias fue un recordatorio de que, aunque el Papa ya no esté físicamente presente, su espíritu y enseñanzas continúan inspirando a las personas a vivir con amor y compasión. Este homenaje es un testimonio de la profunda conexión que el Papa estableció con la gente, y un llamado a seguir su ejemplo en la búsqueda de un mundo más justo y solidario.