La situación en Gaza ha alcanzado un punto crítico, con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, proponiendo un ambicioso plan militar que busca conquistar la región en un plazo de cinco meses. Este plan, que involucra la movilización de cinco divisiones del ejército, ha generado un intenso debate tanto en el ámbito político como en el militar. Mientras Netanyahu sostiene que esta acción es necesaria para salvar a los rehenes y debilitar a Hamás, los altos mandos militares advierten sobre los riesgos de un conflicto prolongado que podría asemejarse a la guerra de Vietnam.
**Desplazamiento de Población y Estrategias de Conquista**
El plan de Netanyahu incluye el cerco de Gaza City, donde se estima que residen entre 600,000 y un millón de personas. La propuesta contempla la evacuación de la población hacia campamentos en la Franja central, donde se espera establecer nuevas infraestructuras temporales para albergar a los desplazados. Sin embargo, los líderes militares han expresado su preocupación por la dificultad de la conquista, dado que las Fuerzas de Defensa de Israel han sufrido numerosas bajas y se enfrentarían a un entorno urbano lleno de trampas explosivas y túneles subterráneos.
La estrategia de cercar Gaza City y los campamentos del centro de la Franja al mismo tiempo ha sido considerada, pero se teme que una ofensiva de este tipo podría resultar en un mayor número de bajas y prolongar el conflicto. Netanyahu ha mostrado preferencia por una ocupación gradual, en la esperanza de que Hamás pueda eventualmente rendirse y liberar a los rehenes. Sin embargo, esta posibilidad es considerada remota, y los mediadores internacionales, incluidos Catar y Egipto, están presionando para que se busque una solución pacífica.
**El Rol de Estados Unidos y la Ayuda Humanitaria**
La administración estadounidense ha adoptado una postura de apoyo a Israel, permitiendo que el país actúe según su criterio en la región. Sin embargo, también se ha comprometido a jugar un papel en la asistencia humanitaria. La Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), respaldada por Estados Unidos, planea abrir nuevos puntos de distribución de ayuda para atender las necesidades de la población civil, que se vería gravemente afectada por la invasión.
El embajador estadounidense en Israel ha indicado que la expansión de los centros de ayuda dependerá de la seguridad proporcionada por las tropas en el terreno. Se estima que esta operación podría costar alrededor de mil millones de euros, financiados por Estados Unidos y otros aliados. La necesidad de aumentar la distribución de alimentos y suministros es urgente, ya que la situación humanitaria en Gaza es crítica y podría empeorar con la llegada de más desplazados.
Los planes de ocupación y la respuesta humanitaria están intrínsecamente ligados, ya que una invasión exitosa requeriría un enfoque coordinado para evitar una catástrofe humanitaria. La presión demográfica en Gaza, con más de dos millones de civiles en un espacio reducido, podría forzar a muchas familias a buscar refugio en otros países, lo que complicaría aún más la situación.
A medida que se desarrollan los acontecimientos, el Consejo de Seguridad de Israel se reunirá para discutir estas propuestas, y se espera que la decisión final sobre la estrategia militar se tome en un contexto de creciente tensión y debate interno. Las implicaciones de estas decisiones no solo afectarán a la población de Gaza, sino que también tendrán repercusiones en la estabilidad de la región y en las relaciones internacionales.
La situación en Gaza es un recordatorio de la complejidad del conflicto israelí-palestino, donde las decisiones militares deben equilibrarse con consideraciones humanitarias. A medida que se intensifican los preparativos para una posible invasión, el mundo observa con atención cómo se desarrollarán los acontecimientos y qué medidas se tomarán para proteger a la población civil en medio de la crisis.