La federación de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) en Barcelona se encuentra en un momento crucial, ya que este sábado se celebran elecciones internas que definirán su futuro. Cerca de mil militantes están convocados a participar en una votación telemática, que estará abierta hasta las 20:00 horas, además de contar con un punto de votación presencial en la sede local del partido, ubicada en la calle Sardenya. La contienda se presenta entre dos candidaturas que muestran fuerzas muy equilibradas: la oficialista, liderada por Eva Baró, actual presidenta de la federación y concejal en el Ayuntamiento, y la crítica, encabezada por Creu Camacho, presidenta de ERC en el Eixample.
La pugna entre estas dos candidaturas ha generado una gran expectativa, ya que Baró logró reunir 302 avales en la fase previa, mientras que Camacho obtuvo 263, lo que sugiere un resultado muy ajustado. Los resultados se darán a conocer pocas horas después del cierre de las urnas, lo que añade un aire de incertidumbre a la situación.
### Dos Visiones del Futuro de ERC
Más allá de los nombres de los candidatos, lo que está en juego es el rumbo de la federación más numerosa del partido. Tras la reciente reelección de Oriol Junqueras como presidente de ERC, se enfrenta a un nuevo desafío en Barcelona, donde se decidirá si podrá mantener el apoyo de sus afines o si se verá obligado a lidiar con los detractores. En el congreso celebrado a finales del año pasado, Junqueras se enfrentó a dos alternativas críticas: Nova Esquerra Nacional y Foc Nou, de las cuales salió victorioso con el 52,2% de los votos.
La lista de Baró, denominada ‘Endavant Barcelona’, representa la continuidad de la actual dirección y busca superar las divisiones internas para centrarse en la preparación de las elecciones municipales de 2027. Por otro lado, la lista ‘Dignitat Republicana’, impulsada por las corrientes críticas, aboga por recuperar el «ADN asambleario» de ERC y denuncia que el partido en la ciudad se ha convertido en una «muleta del PSC».
Uno de los principales puntos de conflicto es la posible entrada de ERC en el gobierno de Jaume Collboni, alcalde socialista. El pasado verano, la federación decidió dejar en suspenso una consulta sobre el preacuerdo con el PSC. Mientras Baró defiende la necesidad de analizar el contexto actual antes de someterlo a votación, los críticos prometen reactivar el debate y organizar la consulta antes del verano, argumentando que se está perdiendo la esencia crítica del partido.
### La Fractura Interna y el Debate sobre el Gobierno
La campaña electoral ha puesto de manifiesto la fractura interna que aún persiste en ERC Barcelona. En una reciente entrevista, Baró, alineada con Junqueras, ha instado a dejar de lado la «confrontación gratuita» y a enfocarse en construir un «proyecto sólido» para las elecciones de 2027. «Estamos cansados de que la otra candidatura insista en un debate que ya hemos superado. Hay que hablar de Barcelona, no de batallas internas», afirmó.
Por su parte, los críticos acusan a la dirección actual de actuar con «conflicto de intereses», dado que muchos de sus miembros son concejales en el Ayuntamiento. Además, han señalado la falta de independencia respecto al grupo municipal y han criticado a Baró por cambiar de postura respecto a un pacto con el PSC, resumiendo su posición en un video de campaña que destaca las inconsistencias en su discurso.
Desde la sede de ERC en la calle Calàbria, la dirección del partido ha optado por no pronunciarse públicamente sobre el tema, sosteniendo que la decisión sobre la entrada en el gobierno de Collboni corresponde exclusivamente a la militancia de Barcelona. Sin embargo, Elisenda Alamany, número dos de Junqueras, había declarado anteriormente que el debate sobre gobernar con el PSC ya no estaba sobre la mesa.
En un clima enrarecido por viejas heridas internas y diferencias estratégicas, será la militancia quien decida el rumbo que tomará ERC en la capital catalana. El resultado de estas elecciones no solo afectará a la federación en Barcelona, sino que también tendrá repercusiones en todo el partido, marcando un hito en la historia reciente de ERC y su papel en la política catalana.