En medio de una ola de incendios devastadores que han afectado a varias regiones de España, el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha propuesto un plan que ha generado un intenso debate. Este plan incluye la creación de un Registro Nacional de Pirómanos, una medida que busca identificar y controlar a aquellos condenados por iniciar incendios intencionadamente. La propuesta ha suscitado tanto apoyo como críticas, y plantea preguntas sobre la efectividad de tales medidas en el contexto de un problema más amplio: el cambio climático.
### La Propuesta de Feijóo y sus Implicaciones
Feijóo ha presentado un conjunto de 50 medidas en su ‘Plan integral de ayuda, recuperación y prevención para el medio rural y forestal’, donde destaca la creación de un registro que incluiría a todas las personas condenadas por incendios en España. La idea es que aquellos que figuren en este registro estén obligados a llevar pulseras telemáticas de localización, especialmente durante los meses de mayor riesgo de incendios forestales. Esta propuesta se basa en la premisa de que la identificación y el seguimiento de los pirómanos podrían ayudar a prevenir futuros incidentes.
Sin embargo, la definición de pirómano es compleja. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los pirómanos son individuos que sienten impulsos incontrolables de provocar incendios. En contraste, el registro también incluiría a personas condenadas por incendios que pueden haber sido causados por vandalismo o quemas ilegales de pastos, lo que complica aún más la situación. La falta de claridad en la categorización de los infractores ha llevado a críticas sobre la efectividad y la justicia de la propuesta.
### Datos y Estadísticas sobre Incendios en España
Los datos proporcionados por el Ministerio del Interior revelan que, en 2023, la Guardia Civil intervino en 2.943 incendios, identificando la causa en 967 casos y encontrando al autor en 761. De estos, solo el 7% se atribuyó a pirómanos, mientras que un 24% se relacionó con intereses ganaderos y un 6% con la intención de ahuyentar animales. Estos números sugieren que el problema de los incendios intencionados es más complejo de lo que la propuesta de Feijóo podría implicar.
Además, el informe del Ministerio de Transición Ecológica sobre incendios forestales en la última década muestra que la mayoría de los incendios intencionados se debieron a quemas agrícolas ilegales y no a actos de pirómanos. En 2023, solo el 19% de los incendios fueron clasificados como intencionados, mientras que un 68% se debió a negligencias. Esto plantea la pregunta de si la creación de un registro de pirómanos realmente abordaría el problema subyacente de los incendios forestales en España.
### Marco Legal y Medidas de Seguridad
El Código Penal español ya contempla sanciones para quienes provoquen incendios. El artículo 351 establece penas de prisión de 10 a 20 años para aquellos que inicien un fuego que represente un peligro para la vida o la integridad física de las personas. Si no hay peligro, el artículo 352 castiga a quienes incendien montes o masas forestales con penas de uno a cinco años, que pueden aumentar si el incendio es de especial gravedad.
Además, el Código Penal permite la imposición de pulseras localizadoras a condenados, lo que podría aplicarse a los pirómanos. El artículo 95 menciona que se pueden aplicar medidas de seguridad a quienes hayan cometido delitos que sugieran un riesgo de reincidencia. Sin embargo, esto no se extiende a todos los casos de incendios provocados, lo que limita la efectividad de la propuesta de Feijóo.
### Reacciones y Críticas
La propuesta ha generado reacciones mixtas. Algunos apoyan la idea de un registro como una herramienta para combatir el problema de los incendios, mientras que otros argumentan que desvía la atención del verdadero problema: el cambio climático y la falta de medidas preventivas adecuadas. Los partidos de la oposición han criticado la propuesta, sugiriendo que se necesita un enfoque más integral que aborde las causas subyacentes de los incendios, en lugar de centrarse únicamente en la criminalización de los infractores.
La controversia en torno al registro de pirómanos refleja una preocupación más amplia sobre cómo abordar el creciente problema de los incendios forestales en España. Con el cambio climático exacerbando las condiciones que favorecen los incendios, es fundamental que las políticas no solo se centren en la represión, sino que también promuevan la prevención y la educación ambiental. La creación de un registro podría ser un paso, pero no debe ser la única solución en la lucha contra los incendios forestales.