La reciente muerte de Elías G. Benavides, un destacado pintor y diseñador gráfico asturiano, ha dejado una profunda huella en el mundo del arte contemporáneo. Su fallecimiento, ocurrido en Venecia, donde pasó gran parte de su vida creativa, marca el fin de una era para el informalismo en Asturias y para el diseño gráfico en España. Benavides, nacido en León hace 87 años, fue un pionero que supo combinar su pasión por la pintura con su trabajo en el diseño, creando un estilo único que ha influido en generaciones de artistas.
Desde sus primeros años, Benavides mostró un talento innato para el arte. A pesar de las presiones familiares y las expectativas sociales, nunca abandonó su amor por la pintura. Su carrera despegó en 1963, cuando se trasladó a Oviedo y comenzó a trabajar en una agencia de publicidad. Fue allí donde conoció a José Santamarina, con quien fundó en 1969 la firma Elías & Santamarina, que revolucionó el diseño gráfico en la región. Esta colaboración no solo marcó un hito en su carrera, sino que también sentó las bases para un nuevo enfoque en el diseño, caracterizado por la modernidad y la innovación.
### La evolución artística de Benavides
La obra de Elías G. Benavides es un testimonio de su evolución como artista. A lo largo de su carrera, participó en numerosas exposiciones, tanto colectivas como individuales, destacando su primera muestra en 1972 en la galería Tassili de Oviedo. Su estilo se caracteriza por una profunda conexión con el expresionismo abstracto europeo, una corriente que abrazó tras experimentar el agotamiento del arte figurativo en su trabajo como diseñador gráfico. «Pinto aquello que honestamente creo que debo pintar», solía decir, reflejando su compromiso con la autenticidad en su arte.
Los críticos de arte han elogiado la capacidad de Benavides para evocar emociones a través de su uso del color y la materia. Su obra está marcada por una abstracción poética, donde cada lienzo cuenta una historia a través de su textura y cromatismo. El crítico Santiago Martínez destacó que, a lo largo de los años, su trabajo se volvió más fluido, rompiendo las fronteras matéricas y cromáticas que antes definían su estilo. Esta evolución se vio influenciada por su relación con Venecia, una ciudad que le proporcionó inspiración y un nuevo enfoque en su arte.
Las series dedicadas a Venecia son particularmente notables, ya que capturan la esencia de la ciudad a través de una paleta de colores que refleja su atmósfera única. El crítico Rubén Suárez describió estas obras como «imágenes que nos conmueven», destacando su capacidad para transmitir la belleza efímera de un paisaje en constante cambio. Esta conexión con Venecia no solo enriqueció su obra, sino que también le permitió establecerse como un referente en el ámbito del arte contemporáneo.
### Reconocimientos y legado
A lo largo de su carrera, Elías G. Benavides recibió numerosos premios y reconocimientos que atestiguan su impacto en el mundo del arte. En 1975, ganó el primer premio en el Certamen Nacional de Pintura de Luarca, un hito que consolidó su reputación como artista. En 2019, fue nombrado «Asturiano del mes» por su destacada exposición en el museo Evaristo Valle, un reconocimiento que subrayó su contribución al arte asturiano.
Su participación en eventos internacionales, como el Consejo Internacional de Asociaciones de Diseño Gráfico en Inglaterra y la Bienal de Xilografía Contemporánea en Italia, también refleja su compromiso con el arte a nivel global. Desde 1990, Benavides fue artista visitante en la Scuola Internazionale di Grafica de Venecia, donde impartió cursos sobre «El arte en el libro», compartiendo su conocimiento y experiencia con nuevas generaciones de artistas.
El impacto de su muerte se ha sentido profundamente en la comunidad artística, donde cultivó amistades y dejó un legado imborrable. Coleccionistas y artistas han expresado su tristeza por la pérdida de un amigo y mentor, recordando su carácter amable y su dedicación al arte. El empresario Miguel Orejas y el escritor Eduardo Méndez Riestra han compartido sus recuerdos, destacando no solo su talento, sino también su humanidad y su capacidad para inspirar a otros.
Elías G. Benavides no solo fue un gran artista, sino también un innovador que dejó una marca indeleble en el diseño y la pintura contemporánea. Su legado perdurará en las obras que creó y en las vidas que tocó a lo largo de su carrera. Su influencia seguirá viva en las futuras generaciones de artistas que se inspirarán en su pasión y dedicación al arte.