La vida puede cambiar en un instante, y para Nuria, una vecina de Barakaldo, ese instante llegó el 6 de febrero de 2023. Mientras disfrutaba de una conversación con amigas, un perro, aparentemente celoso, la atacó de manera brutal. Este incidente no solo le causó lesiones físicas severas, sino que también ha transformado su vida emocional y financiera de formas que nunca imaginó.
### Un Ataque Inesperado
Nuria recuerda con claridad el momento del ataque. Sin tiempo para reaccionar, el perro le mordió la nariz y luego la boca, causando un daño irreversible. La urgencia de la situación llevó a sus amigos a actuar rápidamente, llevándola al hospital donde fue sometida a una cirugía de emergencia. A pesar de los esfuerzos médicos, las secuelas del ataque han sido devastadoras. La doctora que la atendió le advirtió sobre la gravedad de sus lesiones, pero en ese momento, Nuria no podía prever la magnitud de su sufrimiento futuro.
Desde el ataque, ha experimentado un dolor constante que la acompaña las 24 horas del día. Describe su situación como una lucha diaria, con molestias que van desde picazón hasta ardor. Lo que comenzó como una herida física ha evolucionado hacia un problema de salud más complejo, ya que una bacteria ingresó a su organismo, afectando sus huesos y llevándola a perder todos sus dientes. Esta serie de complicaciones ha requerido múltiples intervenciones quirúrgicas, y Nuria se enfrenta a la perspectiva de más operaciones en el futuro.
### La Carga Financiera y Emocional
El impacto del ataque no se limita a lo físico; también ha tenido un efecto profundo en la vida emocional y financiera de Nuria. Desde el incidente, ha perdido aproximadamente 10 kilos y ha visto cómo su vida social se desmorona. Antes una mujer alegre y activa, ahora se siente triste y destrozada. La imposibilidad de comer adecuadamente ha cambiado su dieta a purés y yogures, y ha afectado su relación con su esposo, con quien no ha podido compartir momentos de intimidad.
La situación financiera de Nuria es igualmente preocupante. Como pensionista debido a una lesión laboral y con un marido que trabaja, la pareja se enfrenta a una hipoteca que les ahoga. A pesar de que han invertido cerca de 6.000 euros en tratamientos médicos y psicológicos, se encuentran en una situación crítica. El seguro de la dueña del perro se ha negado a cubrir los costos de las operaciones necesarias, lo que ha llevado a Nuria a solicitar soluciones sin recibir respuesta. La angustia de tener que pagar 30.000 euros antes de enero es una carga que no pueden soportar, y la idea de pedir un préstamo solo añade más estrés a su ya complicada vida.
Nuria ha expresado su frustración y desesperación, subrayando que solo busca una solución a un problema que no provocó. La falta de apoyo por parte del seguro ha dejado a la pareja en una situación de incertidumbre, donde cada día es una lucha por encontrar la manera de avanzar. La historia de Nuria es un recordatorio de las consecuencias que pueden surgir de un ataque de un animal, y cómo estas pueden afectar no solo a la víctima, sino también a su familia y entorno.
La vida de Nuria ha cambiado drásticamente desde aquel fatídico día. Su historia resuena con muchas personas que han enfrentado situaciones similares, donde la falta de responsabilidad y apoyo puede agravar el sufrimiento de quienes ya están lidiando con las secuelas de un trauma. A medida que Nuria continúa su lucha por recuperar su vida anterior, su valentía y determinación son un testimonio del espíritu humano frente a la adversidad.
