El 9 de mayo de 2025, Moscú se convirtió en el epicentro de un despliegue militar sin precedentes, donde el presidente ruso, Vladímir Putin, reafirmó la fortaleza de su nación en el tradicional desfile del Día de la Victoria. Este evento conmemora el 80º aniversario de la victoria sobre el nazismo en la Segunda Guerra Mundial, y este año, el desfile no solo fue una celebración de la historia, sino también una demostración de poder militar contemporáneo.
### Un Desfile de Poder y Presencia Internacional
Más de 11,000 soldados marcharon por la Plaza Roja, acompañados de una impresionante exhibición de vehículos militares, incluyendo carros de combate, misiles de última generación y aviones de combate. Este año, la participación de tropas en el frente de Ucrania fue especialmente destacada, con un grupo de 1,500 combatientes que marcharon en primera fila, simbolizando la continuidad de la lucha de Rusia en la región. La presencia de tropas de trece países, incluidos aliados tradicionales de Rusia como Bielorrusia y Kazajistán, subrayó la intención del Kremlin de mostrar que, a pesar de las sanciones y el aislamiento internacional, Rusia sigue siendo un actor relevante en el escenario global.
Entre los dignatarios presentes se encontraban líderes de países como China, Brasil, Venezuela y Cuba, quienes fueron invitados a observar el desfile desde la tribuna de honor. Sin embargo, la notable ausencia de representantes europeos, que optaron por visitar Ucrania en lugar de asistir al evento, fue un claro indicativo de las tensiones actuales en las relaciones internacionales. Putin, en su discurso, enfatizó que la participación de estos líderes era un signo de que Rusia había superado el aislamiento promovido por Occidente, y que la verdad de su narrativa histórica prevalecería.
### La Retórica de la Victoria y la Lucha Contra el Nazismo
Durante su discurso, Putin hizo hincapié en la importancia de recordar la victoria soviética sobre el nazismo, afirmando que «la verdad está de nuestro lado». En un tono combativo, el presidente ruso se refirió a la «rusofobia» y a los intentos de Occidente de distorsionar la historia, asegurando que Rusia se mantendría firme como una barrera contra el nazismo y el antisemitismo. Este discurso no solo buscaba resonar con el patriotismo de los ciudadanos rusos, sino también justificar las acciones militares actuales en Ucrania, presentándolas como una continuación de la lucha histórica contra el fascismo.
Putin también hizo un llamado a la unidad nacional, recordando a los caídos en la Gran Guerra Patria y destacando el sacrificio de aquellos que lucharon por la libertad y la paz. Este enfoque en la memoria histórica es una estrategia clave del Kremlin para consolidar el apoyo interno y desviar la atención de las dificultades económicas y sociales que enfrenta el país.
El desfile, que incluyó una variedad de unidades militares, desde brigadas femeninas hasta cadetes de escuelas militares, también presentó por primera vez una unidad de drones, reflejando la modernización de las Fuerzas Armadas rusas y su adaptación a las nuevas realidades del conflicto en Ucrania. La inclusión de estos elementos tecnológicos subraya la importancia que Rusia otorga a la guerra moderna y a la innovación en el campo de batalla.
### Seguridad y Precauciones en un Contexto Tenso
A pesar del ambiente festivo del desfile, las medidas de seguridad fueron extremadamente estrictas. La amenaza de ataques terroristas, especialmente en el contexto de la guerra en Ucrania, llevó a la implementación de un amplio dispositivo de seguridad en Moscú. Las calles adyacentes a la Plaza Roja fueron cerradas, y la presencia policial fue notable, con el objetivo de prevenir cualquier incidente que pudiera empañar la celebración.
En otras ciudades rusas, como San Petersburgo y Ekaterimburgo, se llevaron a cabo eventos paralelos, conocidos como el Regimiento de los Inmortales, donde se rindió homenaje a los soldados caídos. Estos actos se transmitieron en línea para evitar aglomeraciones y posibles ataques, reflejando la preocupación del Kremlin por la seguridad pública en un momento de alta tensión.
El desfile del Día de la Victoria de este año no solo fue un recordatorio del pasado, sino también una declaración de intenciones del presente y del futuro de Rusia. Con un enfoque en la fortaleza militar y la unidad nacional, Putin busca consolidar su poder interno mientras enfrenta un creciente aislamiento internacional. La narrativa de la victoria y la lucha contra el nazismo se entrelaza con la realidad contemporánea de un país en conflicto, donde la historia se utiliza como herramienta política en un contexto de desafíos globales.