La reciente viñeta de «Mortiner» ha capturado de manera humorística una realidad preocupante en Asturias: el futuro laboral de la región se enfrenta a un grave desafío demográfico. La ilustración muestra a un joven con un maletín de trabajo, rodeado de jubilados que critican su forma de llevarlo, simbolizando la desconexión entre generaciones. Según un informe de la Fundación Adecco, si no se producen cambios significativos en la demografía, Asturias solo verá un nuevo trabajador por cada cuatro jubilaciones en la próxima década. Esta proyección, que se asemeja a una goleada futbolística con un marcador de 4-1 en contra, plantea serias dudas sobre el futuro del mercado laboral en la comunidad.
La situación es alarmante. En agosto de 2025, había 78.113 jóvenes entre seis y 15 años en Asturias. Sin embargo, no todos ellos ingresarán al mercado laboral. Aplicando la tasa de actividad de los menores de 25 años, que se sitúa en un 37,4%, se estima que solo 29.214 de estos jóvenes se integrarán en la población activa en la próxima década. Esta cifra contrasta drásticamente con los 117.000 asturianos que tienen al menos 55 años y que se jubilarán entre 2026 y 2035. Este desajuste demográfico pone de manifiesto un preocupante desequilibrio en el relevo generacional.
### La Realidad del Envejecimiento en Asturias
Asturias se enfrenta a un problema demográfico que no es exclusivo de la región, pero que se presenta de manera más aguda. Con un índice de envejecimiento del 257%, la comunidad tiene más de dos personas mayores de 64 años por cada 100 menores de 16. Esta situación es alarmante, ya que la media nacional se sitúa en el 142%. La disminución de la natalidad y el aumento de la esperanza de vida han llevado a que Asturias se convierta en una de las regiones más envejecidas de Europa.
Sergio González Begega, profesor de Sociología en la Universidad de Oviedo, destaca que este fenómeno no solo afecta a Asturias, sino que es un reflejo de una tendencia más amplia en los países occidentales. Sin embargo, la velocidad del envejecimiento en España es notable. En pocas décadas, el país ha pasado de tener una población relativamente joven a enfrentar un envejecimiento acelerado. Asturias, en particular, presenta una de las tasas de natalidad más bajas de Europa, lo que agrava aún más el problema.
El impacto económico del envejecimiento es significativo. A medida que la población se jubila, el gasto en pensiones ha aumentado considerablemente. Asturias es la segunda comunidad autónoma con las prestaciones más elevadas, solo por detrás del País Vasco. En 2024, los ingresos anuales por pensiones alcanzaron casi 6.000 millones de euros, superando a sectores como la industria y el comercio. Esto indica que la economía de Asturias se está volviendo cada vez más dependiente de las pensiones, lo que plantea interrogantes sobre la sostenibilidad a largo plazo.
### La Migración como Solución Potencial
Dada la tendencia negativa en el saldo vegetativo de la comunidad, que ha sido negativo desde 1985, la migración se presenta como una posible solución al declive demográfico. Cada año, Asturias pierde alrededor de 8.500 habitantes por causas naturales, lo que equivale a la población de una localidad como Tineo. Sin embargo, el índice de fecundidad en la región es de solo 0,94 hijos por mujer, uno de los más bajos de Europa. Esto significa que, a corto y medio plazo, la solución a la falta de mano de obra no provendrá de los propios asturianos, sino de la inmigración.
En los últimos años, el saldo migratorio ha crecido, alcanzando un máximo histórico de más de 13.000 personas en 2024. Se estima que entre 2026 y 2035, llegarán a Asturias alrededor de 46.021 inmigrantes, de los cuales un 80% estará en edad laboral. Sin embargo, Adecco advierte que existe un desajuste entre las competencias de los inmigrantes y los perfiles de muchos puestos que quedarán vacantes tras las jubilaciones.
La llegada de inmigrantes podría ayudar a cubrir las vacantes en el mercado laboral, especialmente en sectores de baja cualificación. La afiliación de extranjeros a la Seguridad Social en Asturias ha aumentado significativamente, alcanzando un récord de 28.366 cotizantes en julio. Muchos de estos inmigrantes ocupan trabajos esenciales, como en el sector de cuidados para mayores y en la hostelería, que son fundamentales para el funcionamiento de la economía regional.
Sin embargo, el envejecimiento de la población y la dependencia de las pensiones requieren políticas públicas que aborden el desequilibrio entre la población activa y la población dependiente. Esto podría incluir medidas impopulares como el retraso de la edad de jubilación, ya que la edad real de jubilación en Asturias ha alcanzado los 65 años. La situación demográfica de Asturias es un desafío que requiere atención urgente y soluciones creativas para asegurar un futuro laboral sostenible.