El Partido Popular (PP) ha intensificado su presión sobre el Gobierno español para reconsiderar el cierre programado de las centrales nucleares, un proceso que está previsto para comenzar en 2027 y concluir en 2035. Juan Bravo, vicesecretario de Hacienda del PP, ha expresado su preocupación por las posibles repercusiones en los precios de la electricidad si se lleva a cabo este apagón nuclear. Según Bravo, la falta de energía nuclear podría provocar un aumento significativo en los costos de la electricidad, lo que afectaría a los consumidores y a la economía en general.
La advertencia de Bravo se alinea con la estrategia de Iberdrola, una de las principales compañías eléctricas de España, que ha estado abogando por la extensión de la vida útil de las centrales nucleares. En los últimos meses, Iberdrola ha intensificado su campaña contra el apagón nuclear, argumentando que la energía atómica es una fuente segura y estable que ha garantizado el suministro eléctrico durante décadas. La compañía ha enviado cartas al Gobierno solicitando una revisión del calendario de cierre, así como una reducción fiscal que asegure la viabilidad económica de estas instalaciones.
El Gobierno ha respondido a estas solicitudes con una postura cautelosa, indicando que está dispuesto a considerar una prórroga del cierre de las nucleares, pero solo si se cumplen tres condiciones: garantizar la seguridad de las personas, asegurar el suministro energético y evitar un aumento de costos para los ciudadanos. Sin embargo, hasta el momento, el Ejecutivo no ha encontrado las garantías necesarias para proceder con una extensión del cierre.
La presión del PP se ha visto reforzada por encuestas recientes que indican que un 70% de los españoles apoya la idea de reconsiderar el cierre de las centrales nucleares. Esta opinión pública favorable podría influir en la decisión del Gobierno, que se encuentra en una encrucijada entre las demandas de las eléctricas y las preocupaciones medioambientales.
### La Energía Nuclear como Solución a la Crisis Energética
El PP ha defendido la energía nuclear como una solución viable para afrontar la crisis energética actual y los desafíos del cambio climático. En 2022, la Comisión Europea y el Parlamento Europeo otorgaron a la energía nuclear el estatus de «verde», lo que permite que esta fuente de energía sea considerada en proyectos de inversión a medio plazo para combatir el cambio climático. Esta clasificación ha sido utilizada por el PP para argumentar que la energía nuclear no solo es segura, sino también esencial para la transición energética hacia un futuro más sostenible.
Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, ha advertido que el cierre de las centrales nucleares podría resultar en un aumento de los precios de la electricidad de entre un 25% y un 30%. Según un informe de la consultora PwC, el mercado mayorista de electricidad podría encarecerse en casi 37 euros por megavatio hora (MWh) si se reemplaza la producción nuclear por tecnologías más costosas, como los ciclos combinados de gas. Esta situación podría tener un impacto significativo en la economía española, especialmente en un contexto donde los precios de la energía ya son una preocupación para muchos ciudadanos.
La discusión sobre la energía nuclear también se enmarca en un debate más amplio sobre la sostenibilidad y la seguridad energética en Europa. A medida que los países buscan reducir su dependencia de los combustibles fósiles y cumplir con los objetivos climáticos, la energía nuclear se presenta como una opción que puede contribuir a la estabilidad del suministro energético y a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
### La Resistencia de las Eléctricas y el Papel del Gobierno
Las eléctricas, lideradas por Iberdrola y Endesa, han estado presionando al Gobierno para que revise el calendario de cierre de las centrales nucleares. La situación se complica por la necesidad de equilibrar las demandas de las empresas con las expectativas de la ciudadanía y las políticas medioambientales. Las eléctricas argumentan que la energía nuclear es una fuente de energía limpia y que su cierre prematuro podría llevar a un aumento en el uso de combustibles fósiles, lo que contradice los objetivos de sostenibilidad del país.
El Gobierno, por su parte, se enfrenta a un dilema. Por un lado, debe considerar las preocupaciones de las eléctricas y la presión del PP, que busca capitalizar el descontento de la población con los precios de la energía. Por otro lado, también debe tener en cuenta las implicaciones medioambientales y la necesidad de cumplir con los compromisos internacionales en materia de cambio climático.
La situación actual refleja la complejidad del debate sobre la energía nuclear en España. A medida que se acerca la fecha del apagón nuclear, las decisiones que tome el Gobierno tendrán un impacto duradero en el panorama energético del país. La presión de los partidos políticos, las eléctricas y la opinión pública jugarán un papel crucial en la configuración del futuro energético de España, y la energía nuclear seguirá siendo un tema candente en la agenda política y económica del país.