La reciente vista oral en la Audiencia Provincial de Valencia ha puesto de manifiesto la gravedad de los hechos ocurridos en la madrugada del 27 de septiembre, donde una menor de catorce años fue víctima de una violación grupal en un paraje natural de la comarca de Vall d’Albaida. Este caso ha captado la atención pública no solo por la naturaleza de los delitos, sino también por las declaraciones de los acusados y la respuesta del Ministerio Fiscal, que ha calificado el comportamiento de los imputados como «absolutamente monstruoso».
Los cuatro acusados, que se enfrentan a penas significativas, han mantenido una postura defensiva durante el juicio, negándose a responder a las preguntas que no fueran formuladas por sus abogados. Esta estrategia ha generado un clima de tensión en la sala, donde la fiscalía ha presentado pruebas contundentes que, según su criterio, demuestran la culpabilidad de los encausados. La fiscalía ha subrayado que la víctima fue tratada «como un objeto» y que su vulnerabilidad fue explotada por los acusados, quienes, a pesar de alegar embriaguez, eran plenamente conscientes de sus acciones.
### La Vulnerabilidad de la Víctima y el Contexto de la Agresión
El caso ha resaltado la especial vulnerabilidad de la víctima, quien, según los informes periciales, no era consciente de la situación en la que se encontraba. La fiscalía ha argumentado que la menor, debido a su edad y a la diferencia de madurez con los acusados, fue manipulada y no pudo dar su consentimiento a las acciones que se llevaron a cabo. Este aspecto es crucial, ya que la ley establece que el consentimiento debe ser informado y libre, y en este caso, las circunstancias apuntan a que la joven no estaba en condiciones de otorgarlo.
Los testimonios de testigos y guardias civiles han corroborado la versión de la víctima, lo que ha llevado a la fiscalía a elevar sus peticiones de pena. A pesar de que la acusación particular ha intentado reducir las penas solicitadas para algunos de los acusados, el fiscal ha mantenido su postura firme, argumentando que el abuso se produjo sin consentimiento y que los acusados eran plenamente conscientes de la situación.
Uno de los puntos más controvertidos del juicio ha sido la declaración del principal encausado, quien alegó que pensaba que la joven tenía entre 16 y 17 años y que su estado de embriaguez le impedía actuar con plena conciencia. Sin embargo, la fiscalía ha refutado esta defensa, señalando que la edad mental y la madurez de los acusados eran compatibles con su edad real, lo que les otorgaba la capacidad de discernir entre el bien y el mal.
### Estrategias de Defensa y Reacciones en la Audiencia
Las estrategias de defensa de los acusados han sido objeto de análisis durante el juicio. Cada uno de ellos ha intentado desmarcarse de la responsabilidad, alegando diferentes circunstancias que, según ellos, atenuarían su culpabilidad. Por ejemplo, uno de los acusados afirmó que no podía tener relaciones sexuales debido a su estado de embriaguez, mientras que otro intentó minimizar su implicación al afirmar que llegó al lugar de los hechos sin saber lo que iba a suceder.
La dinámica de la sala ha sido tensa, con momentos de gran emotividad, especialmente durante las declaraciones de la víctima y los testigos. La fiscalía ha enfatizado la necesidad de que se haga justicia no solo por la víctima, sino también como un mensaje claro a la sociedad sobre la intolerancia hacia la violencia sexual.
Este caso ha generado un debate más amplio sobre la cultura de la violación y la necesidad de educar a las nuevas generaciones sobre el consentimiento y el respeto hacia los demás. La sociedad espera que la justicia actúe con firmeza y que se impongan las penas adecuadas a los responsables de este acto atroz. La vista oral continuará en los próximos días, y se espera que se presenten más pruebas y testimonios que puedan influir en el veredicto final.