La situación económica en Asturias ha cambiado drásticamente desde la llegada de la pandemia de COVID-19. En particular, el costo de la cesta de la compra ha aumentado considerablemente, lo que ha generado un impacto significativo en el poder adquisitivo de los asturianos. Desde la primavera de 2020, los precios de los alimentos han subido un 31%, mientras que los salarios han experimentado un incremento mucho más modesto del 15,3%. Esta disparidad ha llevado a muchos hogares a replantearse sus hábitos de consumo y a buscar alternativas más económicas.
**El Impacto de la Inflación en el Costo de Vida**
La inflación ha sido un factor determinante en el aumento de precios en Asturias. En abril de 2025, el Índice de Precios de Consumo (IPC) en la región subió un 2,4% en comparación con el año anterior, superando la media nacional. Sin embargo, el aumento en los precios de los alimentos ha sido más moderado, con un incremento mensual del 0,8% y un acumulado del 1,4% en los primeros cuatro meses del año. Esta tendencia sugiere que, aunque los precios continúan en aumento, el ritmo de crecimiento podría estar estabilizándose.
El Gobierno español implementó una reducción temporal del IVA en 2023 como parte de un paquete de medidas para mitigar el impacto de la inflación en la cesta de la compra. Sin embargo, esta medida expiró en enero de 2025, lo que ha dejado a los consumidores asturianos enfrentando precios más altos sin el alivio fiscal que habían experimentado anteriormente.
Los hogares asturianos han respondido a esta situación apretándose el cinturón. Según la Asociación Nacional de Fabricantes y Distribuidores (Aecoc), muchos consumidores han adoptado estrategias de «trading down», lo que implica cambiar productos de marcas premium por opciones más económicas o marcas blancas. Este cambio en el comportamiento del consumidor se refleja en el gasto per cápita en alimentación, que ha disminuido ligeramente de 154,95 euros en 2020 a 151,39 euros en 2024.
**Cambios en los Hábitos de Consumo**
El aumento de precios ha llevado a una transformación en los hábitos de consumo de los asturianos. A pesar de la reducción en el gasto mensual en alimentación, los asturianos siguen gastando más que el promedio nacional, lo que indica una resistencia a sacrificar la calidad de su dieta. Un análisis del carro de la compra revela que los platos preparados se han convertido en un alimento básico, con un aumento en el consumo de 11,87 kilos anuales a 12,31 kilos. Sin embargo, este consumo aún está por debajo de la media española, que es de 16,58 kilos, con Cataluña liderando el consumo con 22,60 kilos.
Además, se ha observado un cambio en la preferencia por las bebidas. El consumo de cerveza ha aumentado, mientras que el de vino y zumos ha disminuido. Por otro lado, el consumo de pescado ha caído drásticamente, pasando de 31,22 kilos por asturiano al año a solo 24,35 kilos en 2024. Esta tendencia es preocupante para los actores de la cadena comercial, que ven cómo uno de los pilares de la dieta mediterránea se ve afectado.
El aceite de oliva ha sido uno de los productos más afectados por la inflación, con un incremento de precio del 132% en su categoría de virgen extra. Aunque en el último trimestre de 2024 se observó una desaceleración en el aumento de precios, los consumidores han comenzado a buscar alternativas, como el aceite de girasol, que también ha visto un aumento del 33% en su precio.
En resumen, la situación económica en Asturias refleja un panorama complejo donde el aumento de precios en la alimentación ha superado el crecimiento de los salarios. Los hogares se ven obligados a adaptarse a esta nueva realidad, buscando alternativas más asequibles y modificando sus hábitos de consumo. La combinación de inflación, cambios en el comportamiento del consumidor y la búsqueda de opciones más económicas está redefiniendo el paisaje del consumo alimentario en la región, lo que plantea desafíos significativos para el futuro económico de Asturias.