La marca propia, comúnmente conocida como marca blanca, ha experimentado un notable cambio en la percepción de los consumidores españoles en los últimos años. Anteriormente, estos productos eran vistos como de menor calidad en comparación con las marcas de fabricante, pero hoy en día, su aceptación ha crecido de manera exponencial. Según un reciente estudio, más del 40% del presupuesto de compra de los españoles se destina a productos de marca blanca, lo que representa más de la mitad de la cesta de la compra actual. Este cambio en la mentalidad de los consumidores se ha visto impulsado por la necesidad de ahorro y la búsqueda de calidad a precios competitivos.
El informe de la cadena de supermercados Aldi revela que, en promedio, los españoles gastan 24 euros semanales en productos de marca blanca, lo que equivale a 1.248 euros al año. Este crecimiento ha sido significativo, ya que la cuota de mercado de la marca blanca ha aumentado un 9% en los últimos tres años, alcanzando un 44,8%. Desde el año 2002, cuando la cuota era del 19,7%, se ha más que duplicado. Este fenómeno se ha visto reflejado en la estrategia de los supermercados, donde la marca blanca se ha convertido en un motor de fidelización de clientes y una herramienta clave para garantizar el ahorro familiar.
La presencia de productos de marca blanca varía significativamente entre las diferentes cadenas de supermercados. Por ejemplo, en Mercadona, que tiene cerca del 30% de cuota de mercado en España, la proporción de productos de marca propia alcanza el 80%. En Lidl y Aldi, que representan el modelo de descuento, esta cifra se eleva al 86%. Este crecimiento sostenido ha sido especialmente notable en tiempos de crisis, donde las familias han priorizado el ahorro y han optado por productos de marca blanca en lugar de marcas tradicionales.
### Crecimiento Sostenido y Preferencias del Consumidor
Los datos sobre el consumo de marca blanca son reveladores. En términos de volumen, la marca blanca ha acumulado una cuota de mercado del 53% en supermercados, lo que representa un aumento de 9 puntos desde 2022. Este crecimiento no se limita a un grupo demográfico específico, ya que se ha observado un aumento en el consumo de marca propia en todos los grupos de edad, siendo más pronunciado entre las familias menores de 50 años.
Geográficamente, Andalucía se destaca como la región con mayor penetración de mercado, alcanzando una cuota del 47,4%. En contraste, Galicia presenta la menor cuota con un 37,6%, aunque también muestra un crecimiento notable en el consumo de marca blanca, con tasas anuales del 1,9%. Este fenómeno se traduce en que 3 de cada 10 familias eligen su supermercado atraídas por los precios bajos de las marcas propias. La relación calidad-precio es el principal factor que influye en la elección de estos productos, con un 75% de los consumidores mencionando esta razón. Otros factores que contribuyen a esta elección incluyen el precio más bajo (49%), las ofertas y promociones (31%) y la confianza en la marca del supermercado (28%).
El aumento en la calidad de los productos de marca blanca ha sido otro factor clave en su aceptación. Un 83% de los encuestados se declara satisfecho con la calidad de estos productos, y 8 de cada 10 afirman que la calidad ha mejorado con el tiempo. Este cambio en la percepción ha permitido que la marca blanca compita de manera efectiva con las marcas de fabricante en diversas categorías de productos.
### Dominio de la Marca Blanca en el Mercado
El crecimiento de la marca blanca ha llegado a tal punto que, en algunas categorías de productos, ha superado a las marcas de fabricante. Por ejemplo, en el sector de productos de limpieza, la lejía tiene una cuota de mercado del 77,9%, mientras que los quesos alcanzan un 56% en la marca blanca. Sin embargo, en categorías como bebidas y productos cosméticos, la marca blanca aún enfrenta desafíos, con cuotas de mercado del 33,9% y 34,5%, respectivamente.
Este fenómeno no solo refleja un cambio en las preferencias de los consumidores, sino que también tiene un impacto significativo en la economía española. La marca blanca ha elevado su contribución al PIB hasta un 3,3%, lo que subraya su importancia en el panorama económico actual. La tendencia hacia la marca blanca parece estar lejos de desacelerarse, ya que los consumidores continúan buscando opciones que ofrezcan calidad y ahorro en un contexto económico cada vez más desafiante. Con el aumento de la inflación alimentaria y la necesidad de las familias de optimizar su presupuesto, es probable que la marca blanca siga siendo una opción preferida en los hogares españoles.