El Alimerka Oviedo Baloncesto se prepara para despedir su emblemático pabellón de Pumarín en un partido que, aunque no tiene implicaciones en la clasificación, está cargado de emociones y simbolismo. Este encuentro, que se llevará a cabo a las 21 horas, marca el final de una era para el club, que ha hecho de este recinto su hogar durante más de dos décadas. La temporada ha sido un viaje lleno de altibajos, pero el equipo ha logrado mantenerse en la Primera FEB, lo que les permite cerrar el ciclo con la cabeza en alto.
### Un Final de Temporada Sin Presión
El equipo dirigido por Javi Rodríguez llega a este último partido con la tranquilidad de haber cumplido con los objetivos de la temporada. Tras una serie de resultados que les dejaron sin opciones de acceder a los ‘play off’, el Alimerka Oviedo se enfrenta al Zamora con la intención de terminar la temporada de la mejor manera posible. «Hemos llegado al final de temporada frescos, físicamente y mentalmente. Este final de campaña se nos ha hecho corto, era el momento en que mejor estado estábamos de la temporada», comentó Rodríguez, reflejando la satisfacción del equipo a pesar de no haber alcanzado las metas más ambiciosas.
El encuentro se presenta como una oportunidad para que los jugadores se despidan de su afición y de un lugar que ha sido testigo de grandes momentos en la historia del club. Con ambos equipos empatados en la tabla con 13 victorias, la competencia interna por terminar en una posición más alta también añade un incentivo al partido. «No nos jugamos nada deportivamente, pero sí internamente, no solo ganar, sino hacerlo bien, y que la gente se sienta orgullosa de este equipo hasta el último día», añadió Rodríguez.
### La Emotiva Despedida de Pumarín
Pumarín ha sido más que un simple pabellón; ha sido el escenario de innumerables recuerdos, desde ascensos hasta la consecución de la Copa Princesa en 2017. La despedida de este recinto no solo implica un cambio físico, sino también un cambio emocional para los jugadores y aficionados. La camiseta número 12 de Óliver Arteaga, que preside el pabellón, es un símbolo de la historia del club y de los jugadores que han dejado su huella en el equipo.
La mudanza a una nueva instalación representa un reto, pero también una oportunidad para el Alimerka Oviedo. Rodríguez ha expresado su esperanza de que el nuevo hogar del club sea un lugar donde puedan crecer social y económicamente, aspirando a objetivos más ambiciosos en el futuro. «Pumarín ha sido y es emblema de este club, forma parte muy importante de su historia. Nos espera otra casa, no sé si mejor, pero diferente, más grande, donde esperemos llenar», afirmó el entrenador.
El partido contra el Zamora no solo será un enfrentamiento deportivo, sino una celebración de lo que Pumarín ha significado para el Alimerka Oviedo. Los jugadores, liderados por figuras como Jordan Walker y Krešimir Nikić, buscarán brindar una última victoria a su afición, cerrando así un capítulo importante en la historia del baloncesto ovetense.
La afición también jugará un papel crucial en esta despedida. Se espera que los seguidores del equipo llenen las gradas para rendir homenaje a un lugar que ha sido su segundo hogar. La conexión entre el equipo y su afición es palpable, y este último partido en Pumarín será una oportunidad para que todos se unan en un último grito de apoyo.
El Alimerka Oviedo ha tenido una temporada llena de desafíos, pero también de aprendizajes. La falta de consistencia en momentos clave ha sido un obstáculo, pero el equipo ha demostrado su capacidad para adaptarse y seguir adelante. La despedida de Pumarín no es solo un final, sino también un nuevo comienzo, donde el equipo podrá construir sobre las lecciones aprendidas y mirar hacia el futuro con optimismo.
En resumen, el último partido del Alimerka Oviedo en Pumarín será un evento cargado de emociones, donde se celebrará la historia del club y se mirará hacia un futuro prometedor. La afición, los jugadores y el cuerpo técnico se unirán para hacer de esta despedida un momento inolvidable, recordando que, aunque el lugar cambie, la pasión por el baloncesto en Oviedo permanecerá intacta.