La situación de Duro Felguera, una emblemática empresa asturiana de ingeniería, se ha vuelto crítica tras la reciente decisión del juez del juzgado de lo Mercantil número 3 de Gijón, quien ha denegado la cuarta prórroga del preconcurso de acreedores solicitada por la compañía. Esta resolución, que se conoció el 3 de octubre de 2025, deja a la empresa en una posición vulnerable, ya que ahora tiene un plazo limitado hasta el 31 de octubre para presentar un plan de reestructuración financiera que le permita evitar el concurso de acreedores.
La compañía había estado en preconcurso durante diez meses, un periodo que le otorgaba cierta protección frente a sus acreedores, impidiendo que estos pudieran reclamar sus deudas. Sin embargo, la negativa del juez a extender este periodo significa que Duro Felguera se encuentra ahora expuesta a la posibilidad de que cualquier acreedor inicie acciones legales para ejecutar sus créditos. La situación es especialmente preocupante dado que, hasta el momento, la empresa solo ha logrado consensuar su plan de reestructuración con la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI) y algunos accionistas, pero no con la banca acreedora, lo que complica aún más su panorama financiero.
### La decisión del juez y sus implicaciones
El juez Rafael Abril Manso argumentó en su auto que la última prórroga se había concedido bajo la premisa de que solo se otorgaría otra si se presentaban circunstancias extraordinarias y sobrevenidas. Sin embargo, tras un mes de espera, el magistrado concluyó que no se habían producido avances significativos en el proceso de reestructuración de la empresa. En su fallo, el juez criticó la falta de información periódica y escrita por parte de Duro Felguera sobre el desarrollo de las negociaciones, lo que, según él, impide valorar la existencia de circunstancias excepcionales que justifiquen una nueva prórroga.
Abril Manso también subrayó que las acciones que la empresa había presentado como avances en las negociaciones, tales como conversaciones con la SEPI y la remisión del plan a los bancos acreedores, eran manifestaciones genéricas de actividad empresarial y no alcanzaban la relevancia jurídica necesaria para justificar la concesión de una nueva prórroga. Esta falta de progreso tangible ha llevado a una caída abrupta en la cotización de la compañía en Bolsa, que se desplomó más de un 30% tras conocerse la decisión judicial, alcanzando niveles mínimos desde 2020.
### El futuro de Duro Felguera y sus opciones
Con la denegación de la prórroga, Duro Felguera se enfrenta a un futuro incierto. La empresa tiene hasta finales de octubre para presentar su plan de reestructuración ante el juzgado, un proceso que se presenta como un desafío considerable dado el contexto actual. Ricardo San Marcos, socio de reestructuraciones del bufete Vaciero, explica que, aunque la compañía ha perdido la cobertura jurídica del preconcurso, no parece probable que los acreedores inicien acciones legales en este corto plazo, ya que el proceso es jurídicamente complejo.
La situación de Duro Felguera es un reflejo de los desafíos que enfrentan muchas empresas en el contexto económico actual. La falta de un acuerdo con los acreedores y la presión del tiempo son factores que complican aún más su capacidad para reestructurarse con éxito. La empresa deberá actuar con rapidez y eficacia para presentar un plan que no solo sea viable, sino que también logre el apoyo necesario de sus acreedores, un objetivo que se presenta como un reto monumental en las circunstancias actuales.
La historia de Duro Felguera es un recordatorio de la fragilidad de las empresas en tiempos de crisis y de la importancia de una gestión financiera proactiva. A medida que se acerca la fecha límite, todos los ojos estarán puestos en la compañía para ver si puede encontrar una salida a esta situación crítica y evitar el concurso de acreedores, que podría significar el final de una larga trayectoria en el sector de la ingeniería.