La brecha de género en las pensiones y el ahorro previsional en España ha alcanzado cifras alarmantes, afectando no solo la autonomía económica de las mujeres mayores, sino también el crecimiento económico del país. Según un reciente informe de la Asociación ClosinGap, las mujeres que se jubilan en 2024 recibirán, en promedio, 510 euros menos al mes en pensiones que sus homólogos masculinos. Esta diferencia, que se traduce en una brecha relativa del 31,9%, pone de manifiesto las desigualdades persistentes en el acceso y la cuantía de las prestaciones, lo que representa un reto significativo para la economía nacional.
La investigación revela que las mujeres pensionistas perciben una pensión contributiva media de 1.100 euros mensuales, mientras que los hombres reciben 1.600 euros. Además, solo el 57% de las mujeres pensionistas recibe una pensión por jubilación, en comparación con el 82% de los hombres. Esta situación se agrava por el hecho de que tres de cada diez mujeres mayores dependen de una pensión de viudedad, una modalidad que es prácticamente residual en el caso de los hombres. La menor participación femenina en el mercado laboral, que se traduce en carreras contributivas más cortas y en una brecha salarial que ronda el 20%, es un factor clave que explica esta desigualdad.
El informe también destaca que, a pesar de las reformas implementadas en el sistema de pensiones desde 2019, como el impulso a los planes de pensiones de empleo y la promoción de la jubilación activa y demorada, los resultados han sido desiguales. En 2024, un 10,5% de los hombres optó por retrasar su jubilación, en comparación con solo un 7,8% de las mujeres. Esto refleja las mayores dificultades que enfrentan las mujeres para cumplir con los años de cotización requeridos o para prolongar su vida laboral, a menudo debido a la carga de los cuidados no remunerados.
El secretario de Estado de Seguridad Social y Pensiones, Borja Suárez, ha señalado que la brecha de género es el principal problema del sistema de Seguridad Social y pensiones desde la perspectiva de la acción protectora. Es fundamental abordar la discriminación estructural que enfrentan las mujeres en el mercado laboral para cerrar esta brecha. Antonio Huertas, presidente de Mapfre, ha hecho un llamado a la acción social para acelerar el cierre de esta desigualdad, enfatizando que la población senior será un motor clave para el crecimiento económico en las próximas décadas.
### Impacto Económico de la Brecha de Género
El impacto económico de la brecha de género en pensiones y ahorro previsional es significativo. Se estima que esta desigualdad genera un déficit de actividad económica de 28.500 millones de euros, lo que equivale al 1,8% del PIB nacional. Este déficit no solo limita la autonomía económica de las mujeres mayores, sino que también se traduce en la no creación de cerca de 500.000 puestos de trabajo y en una merma de ingresos públicos de aproximadamente 4.900 millones de euros anuales en concepto de IRPF e IVA.
La menor capacidad de ahorro previsional y patrimonial de las mujeres también contribuye a esta situación. En 2022, las mujeres mayores de 67 años acumulaban, de media, 6.700 euros menos en patrimonio neto que los hombres. Aunque esta diferencia se ha reducido en comparación con 2016, gracias a una menor brecha en activos inmobiliarios, la situación en los planes de pensiones privados es preocupante. La brecha entre hombres y mujeres en este ámbito ha crecido en 1.000 euros por persona en solo seis años.
La desigualdad en el acceso a pensiones y ahorros no solo afecta a las mujeres en su jubilación, sino que también tiene repercusiones en su calidad de vida y bienestar. La falta de recursos económicos suficientes puede limitar su capacidad para acceder a servicios de salud, vivienda adecuada y otras necesidades básicas. Por lo tanto, es crucial que se implementen políticas efectivas para abordar esta desigualdad y garantizar que las mujeres tengan acceso a pensiones y ahorros que les permitan vivir con dignidad en su vejez.
La situación actual exige una respuesta integral que no solo aborde las diferencias en las pensiones, sino que también promueva la igualdad de oportunidades en el mercado laboral. Esto incluye medidas que fomenten la participación femenina en el trabajo, la eliminación de la brecha salarial y el reconocimiento de los cuidados no remunerados que muchas mujeres asumen. Solo a través de un enfoque holístico se podrá cerrar la brecha de género en pensiones y asegurar un futuro más equitativo para todas las mujeres en España.