La situación política en España se encuentra en un momento crucial, especialmente en lo que respecta a la negociación de los Presupuestos Generales del Estado. La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, junto con la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, han estado trabajando arduamente para recuperar la confianza de sus socios de gobierno y facilitar el proceso de aprobación de las cuentas públicas. Este artículo explora los esfuerzos del Gobierno para acelerar compromisos y cómo estos pueden influir en la dinámica política actual.
**Compromisos Pendientes y Estrategias de Negociación**
El Gobierno ha acumulado una serie de compromisos pendientes que son esenciales para avanzar en la negociación de los Presupuestos. La intención es clara: despejar los asuntos que sus socios consideran fundamentales para evitar que cuestiones ajenas a las cuentas públicas contaminen las conversaciones. En este contexto, se han iniciado contactos discretos desde el departamento de Hacienda, donde se busca poner en marcha lo que se ha denominado «la maquinaria». Esto implica no solo la aprobación de medidas económicas, sino también gestos políticos que puedan ayudar a restaurar la confianza perdida.
Uno de los primeros movimientos del Gobierno fue la aprobación de la quita de la deuda a las comunidades autónomas, un acuerdo pactado con ERC. Este gesto ha sido interpretado como un intento de acercar posturas y facilitar el diálogo. Sin embargo, las expectativas son altas y ERC ha dejado claro que no se sentarán a negociar nuevas cuentas públicas hasta que se resuelvan las cuestiones de financiación y recaudación fiscal acordadas durante la investidura de Salvador Illa.
Además, el ministerio de Transportes está trabajando en el traspaso de Rodalies, con la esperanza de que la empresa mixta comience a funcionar en 2026. Este avance es crucial para mantener el apoyo de los socios catalanes, quienes han sido claros en sus demandas. La presión sobre el Gobierno para cumplir con estos compromisos es palpable, y el tiempo juega en contra de los intereses del Ejecutivo.
**Relaciones con Junts y ERC: Un Juego de Confianza**
Las relaciones con Junts y ERC son fundamentales para el éxito de la negociación de los Presupuestos. El encuentro entre Salvador Illa y Carles Puigdemont ha sido calificado como clave para acercar posiciones y ganar confianza mutua. Desde Moncloa, se ha enfatizado la importancia de reconocer a Puigdemont como interlocutor, lo que implica un cambio significativo en la dinámica política. Este reconocimiento se enmarca dentro de la reclamada «amnistía política», un tema delicado que podría influir en las negociaciones futuras.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha manifestado su compromiso de seguir los pasos de Illa, lo que incluye una reunión con Puigdemont. Sin embargo, los detalles sobre la fecha y el lugar de este encuentro aún no se han concretado, lo que añade un elemento de incertidumbre a la situación. La batalla por la oficialidad del catalán en la UE también se reactivará, y el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, ha señalado que este es un «camino irrenunciable». La próxima reunión del Consejo de Asuntos Generales, programada para el 16 de septiembre, será crucial para evaluar los avances en este tema.
Por otro lado, la inclusión de Podemos en la ecuación añade otra capa de complejidad. Los cuatro diputados de la formación morada son esenciales para la aprobación de los Presupuestos, pero han establecido condiciones que el Gobierno considera «inasumibles». La ruptura de relaciones con Israel, el freno al rearme comprometido con la OTAN y la intervención en el mercado del alquiler son solo algunas de las demandas que han planteado. La situación se complica aún más con la exigencia de la ley de embargo de armas a Israel, que podría facilitar las conversaciones, pero que el Ejecutivo ve como un obstáculo difícil de superar.
Mientras tanto, EH Bildu y el PNV parecen ser socios más accesibles. Ambas formaciones han mostrado disposición para dialogar, aunque el PNV ha expresado su preocupación por el retraso en la transferencia de competencias a Euskadi. Aitor Esteban, líder del PNV, ha lamentado que el Gobierno no haya cumplido con el calendario acordado el año pasado, lo que podría afectar su apoyo en la negociación de los Presupuestos.
El Gobierno también debe considerar las demandas de BNG y Coalición Canaria, quienes han solicitado el cumplimiento de los pactos en cuanto a inversión territorial. La presión es alta y el tiempo se agota, lo que obliga al Ejecutivo a actuar con rapidez y eficacia para lograr el respaldo necesario.
En resumen, la negociación de los Presupuestos se presenta como un desafío monumental para el Gobierno. Con múltiples actores y demandas en juego, la capacidad del Ejecutivo para gestionar estas relaciones y cumplir con los compromisos adquiridos será determinante para el futuro político de España. La próxima etapa de negociaciones será crucial para definir el rumbo de las cuentas públicas y la estabilidad del Gobierno.