El presidente de Canarias, Fernando Clavijo, ha expresado su preocupación por la falta de claridad y organización del Gobierno de España en el proceso de traslado de menores migrantes no acompañados que buscan protección internacional. En una reciente entrevista, Clavijo destacó que la situación actual es insostenible y requiere de protocolos claros para garantizar el bienestar de estos niños vulnerables.
La situación se ha vuelto crítica, ya que el primer traslado de menores desde Canarias a la península se ha demorado más de cuatro meses, a pesar de que el Tribunal Supremo había instado al Gobierno a actuar con celeridad. Clavijo subrayó que la falta de comunicación sobre los cuidadores que acompañarán a los menores es un ejemplo de la improvisación que caracteriza este proceso. «Los que tienen que salir, que tienen que salir otros más esta semana, ni siquiera han comunicado todavía los nombres de los niños que van en esa próxima remesa», afirmó Clavijo, lo que pone de manifiesto la urgencia de establecer un protocolo que garantice la seguridad y el bienestar de los menores.
### La Complejidad del Proceso de Traslado
El presidente canario también mencionó que, si se trasladan unos 30 menores semanalmente, el proceso podría extenderse por más de diez meses, lo que plantea serias dudas sobre la capacidad del sistema para manejar la llegada continua de nuevos menores a las islas. «No sabemos si los menores que van a seguir llegando a Canarias van a ser más incluso que esos 30 que saldrían», advirtió, lo que sugiere que la situación podría empeorar si no se toman medidas adecuadas.
Clavijo ha solicitado al Gobierno central y a las comunidades autónomas un enfoque más colaborativo y menos político en la gestión de esta crisis humanitaria. «Es muy complejo, ya que Canarias mantiene la tutela de estos menores y tiene que contactar con las otras comunidades autónomas a las que se derivan», explicó. La falta de información sobre las plazas disponibles en la península y la incertidumbre sobre cuándo estarán listas son factores que complican aún más la situación.
El presidente también hizo hincapié en la necesidad de tratar a estos menores con dignidad y respeto, recordando que «no son botellas, no son mercancías, son seres vivos y además vulnerables». Esta perspectiva es crucial para abordar la crisis migratoria de manera humana y efectiva.
### La Reubicación de Menores y la Nueva Ley de Extranjería
En relación con la reubicación de más de 5,000 menores migrantes no acompañados que actualmente están bajo la tutela de Canarias, Clavijo se refirió a la reciente reforma del artículo 35 de la Ley de Extranjería, que busca establecer un sistema nacional de atención para estos menores. Esta reforma, que se espera que entre en vigor a partir del 28 de agosto, ha generado reacciones mixtas entre las comunidades autónomas, algunas de las cuales han expresado su desacuerdo con la medida.
El presidente canario subrayó que la responsabilidad de atender a estos menores recae en el Estado, y que es fundamental que se garantice la disponibilidad de recursos adecuados para su atención. «Esto es una responsabilidad del Estado», afirmó, enfatizando que la competencia en materia migratoria es exclusiva del Gobierno central. A pesar de las críticas, Clavijo se mostró optimista sobre la posibilidad de que las comunidades autónomas cumplan con la nueva ley, aunque reconoció que existen preocupaciones sobre la implementación efectiva de la misma.
La situación en Canarias refleja un desafío más amplio en la gestión de la migración en España, donde la falta de una política migratoria coherente ha llevado a situaciones de emergencia en varias ocasiones. Clavijo comparó la actual crisis con otras emergencias pasadas en el país, señalando que el archipiélago ha sido solidario con otras regiones en momentos de necesidad. Sin embargo, también expresó su frustración por lo que considera una utilización política del sufrimiento de los menores migrantes, lo que ha llevado a un clima de tensión y desconfianza.
El presidente de Canarias ha hecho un llamado a la unidad y la colaboración entre los diferentes niveles de gobierno y los partidos políticos para abordar esta crisis de manera efectiva. «Es ridículo, es una utilización política del sufrimiento de niños y de niñas», concluyó, instando a todos a dejar de lado el populismo y a centrarse en la protección de los derechos de los menores migrantes. La situación actual exige una respuesta coordinada y humana, que priorice el bienestar de los más vulnerables en nuestra sociedad.