La vida de Conchi Abellán ha dado un giro radical en los últimos meses. Exlíder de Podem Catalunya, esta mujer de 41 años ha dejado atrás su carrera política para dedicarse a su verdadera pasión: la peluquería. En una reciente entrevista, Abellán compartió su experiencia y reflexiones sobre su transición de la política a la vida cotidiana en su salón en Rubí, donde se siente más feliz y realizada que nunca.
**Un Cambio Necesario**
La decisión de Abellán de abandonar la política no fue fácil. Después de años de intensa actividad en el ámbito político, donde llegó a ser diputada en el Parlament, la presión y el estrés comenzaron a afectar su salud mental. «Llegué a un nivel de ansiedad incontrolable», confiesa. La guerra interna en su partido, las tensiones con Sumar y los conflictos con los Comuns la llevaron a tomar la difícil decisión de renunciar a su cargo. «Necesitaba parar, salir de ahí», explica, enfatizando que su bienestar personal era lo más importante.
Su renuncia fue un acto de valentía, marcado por la necesidad de cuidar de sí misma y de su familia. Abellán, que tiene un hijo pequeño, se dio cuenta de que su vida había estado dominada por la política y que había perdido momentos valiosos con su hijo. «Jan, mi hijo, tiene la misma edad que Podemos, no había conocido a su madre fuera de la política», dice con nostalgia.
**La Peluquería como Refugio**
Ahora, en su peluquería, Abellán ha encontrado un nuevo propósito. Describe su salón como un «radar» de la comunidad, donde se generan debates sobre temas que preocupan a la gente. «¡Menudos debates se forman aquí los sábados!», afirma, mientras trabaja en el cabello de sus clientes. La peluquería se ha convertido en un espacio donde puede conectar con las personas de su entorno, escuchar sus inquietudes y, al mismo tiempo, ofrecerles un servicio que les haga sentir bien.
A pesar de los desafíos que enfrenta como autónoma en un sector donde los salarios son bajos y no existe un convenio claro, Abellán se siente satisfecha. Ha logrado fidelizar a su clientela y ha encontrado un equilibrio en su vida laboral. «No es fácil, pero he ganado calma personal», dice con una sonrisa. Su experiencia en la política le ha enseñado a lidiar con situaciones difíciles, y ahora aplica esas habilidades en su negocio.
Sin embargo, su compromiso con la política no ha desaparecido por completo. Abellán sigue siendo una ferviente defensora de los principios que la llevaron a involucrarse en la política en primer lugar. A pesar de haber dejado su cargo, mantiene contacto con figuras importantes de su antiguo partido y sigue participando en debates sobre temas sociales. Su reciente tatuaje en el cuello, que dice: «Ni paz entre clases ni guerra entre pueblos», refleja su ideología anarquista y su deseo de seguir luchando por la justicia social.
**Reflexiones sobre la Política Actual**
A lo largo de su trayectoria, Abellán ha sido testigo de la evolución de la política en España y ha desarrollado una crítica aguda hacia lo que ella llama «política TikTok». Esta tendencia, que se caracteriza por la superficialidad y la falta de compromiso con los problemas reales de la sociedad, le preocupa profundamente. «La política no puede ser una plataforma de vida», sostiene, enfatizando la necesidad de que personas de diversos orígenes y profesiones se involucren en la política para que esta sea verdaderamente representativa.
Abellán también lamenta que la política actual esté dominada por personas con formación universitaria, lo que limita la diversidad de voces y experiencias en la toma de decisiones. «Hacen falta amas de casa, cocineros… ¿Cómo vas a atraer esos perfiles si te cuesta hablar como ellos?», plantea, cuestionando la desconexión entre los políticos y la ciudadanía.
A pesar de su desilusión con la política, Abellán no cierra la puerta a un posible regreso en el futuro. Sin embargo, por ahora, está enfocada en su peluquería y en su vida familiar. La experiencia de haber estado en el ojo del huracán político le ha proporcionado una perspectiva única sobre la vida y la importancia de cuidar de uno mismo. Su historia es un recordatorio de que, a veces, es necesario dar un paso atrás para poder avanzar en la dirección correcta.