La reciente comparecencia de Cristóbal Montoro ante la comisión de investigación sobre la ‘Operación Cataluña’ ha desatado un torrente de reacciones y acusaciones. En un ambiente tenso y cargado de confrontaciones, el exministro de Hacienda y Función Pública defendió su gestión durante los años de gobierno del Partido Popular, negando la existencia de una operación destinada a combatir el independentismo catalán. En su intervención, Montoro se centró en el rescate financiero de la Generalitat, argumentando que la única operación que él conoce es la que se llevó a cabo para salvar a la administración catalana de la quiebra.
### La Defensa de Montoro: Rescate y Acusaciones
Durante su declaración, Montoro enfatizó que la Generalitat se encontraba en una situación crítica en 2015, con deudas que alcanzaban los 3.800 millones de euros. Según su relato, el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) fue la única intervención estatal que se realizó, y no una operación encubierta para perseguir a los independentistas. «Cataluña estaba en quiebra», afirmó, subrayando que su ministerio actuó para evitar un colapso financiero.
Sin embargo, la sesión no estuvo exenta de polémica. Montoro lanzó acusaciones directas a políticos independentistas, insinuando que algunos de ellos poseen cuentas en Andorra. Aunque no proporcionó nombres específicos, mencionó a Jordi Pujol y su familia, lo que generó un intenso debate sobre la veracidad de sus afirmaciones. La falta de pruebas concretas en sus declaraciones fue un punto de crítica por parte de varios miembros de la comisión, quienes exigieron mayor claridad y evidencia sobre sus acusaciones.
La tensión aumentó cuando Montoro se defendió de las acusaciones de que su ministerio había filtrado información fiscal a la llamada ‘policía patriótica’. Afirmó que nunca se había involucrado en actividades ilegales y que las acusaciones eran infundadas. «Nos vemos en el juzgado», respondió a un representante del PSOE que le cuestionó sobre la veracidad de sus afirmaciones. La defensa de Montoro se centró en desmarcarse de cualquier implicación en la supuesta trama que buscaba desacreditar a los líderes secesionistas.
### La Reacción de los Grupos Políticos
La comparecencia de Montoro fue recibida con escepticismo por parte de los grupos de la oposición. Los representantes de ERC y el PSOE no dudaron en criticar su actitud, acusándolo de burlarse de la comisión y de no aportar información relevante. «Nos está tomando el pelo», afirmó un diputado de ERC, mientras que otros miembros del PSOE le exigieron pruebas concretas de sus acusaciones. La atmósfera se tornó cada vez más hostil, con intercambios de palabras fuertes y acusaciones mutuas.
El exministro, por su parte, mantuvo una postura desafiante, insistiendo en que su gestión había sido correcta y que las acusaciones en su contra eran parte de una estrategia política para desacreditar al Partido Popular. En este sentido, Montoro se alineó con otros exmiembros del gobierno de Rajoy, quienes también han defendido su legado en el contexto de la crisis catalana.
La situación se complica aún más con la investigación que la justicia andorrana ha abierto sobre la ‘Operación Cataluña’, en la que se indaga si Montoro y otros exministros buscaron información bancaria secreta de líderes independentistas. Esta investigación añade una capa de complejidad a la ya tensa relación entre el gobierno español y el independentismo catalán, y plantea interrogantes sobre la legalidad de las acciones del gobierno del PP durante su mandato.
La comparecencia de Montoro no solo ha reavivado el debate sobre la ‘Operación Cataluña’, sino que también ha puesto de relieve las divisiones políticas en España. La polarización entre los partidos se hace evidente, y la falta de consenso sobre el manejo de la crisis catalana continúa siendo un tema candente en la política española. La situación actual refleja un escenario donde las acusaciones y defensas se entrelazan, dejando a la ciudadanía en medio de un conflicto que parece no tener fin.
La tensión en el Congreso y las acusaciones de corrupción y manipulación política han llevado a muchos a cuestionar la transparencia y la ética en la política española. La ‘Operación Cataluña’ se ha convertido en un símbolo de las luchas internas y las divisiones que caracterizan el panorama político actual, y la comparecencia de Montoro es solo un capítulo más en esta compleja historia.