El Aeropuerto de Palma de Mallorca, uno de los más transitados de Europa, se encuentra en medio de una crisis que ha generado preocupación entre turistas y trabajadores. Las obras de ampliación del edificio terminal han desatado una serie de incidentes que han puesto en entredicho la seguridad del recinto. Con la llegada de la temporada alta, las quejas sobre el caos y la inseguridad han aumentado, y tanto turoperadores como sindicatos han alzado la voz para exigir soluciones inmediatas.
La situación se ha vuelto insostenible. Desde el derrumbe de un techo de cristal en el área de recogida de equipajes, que fue ampliamente difundido en redes sociales y medios de comunicación, hasta los constantes retrasos en la salida de los pasajeros, el aeropuerto parece estar en un estado de emergencia. Los trabajadores han advertido que, si no se toman medidas adecuadas, podría ocurrir una tragedia. «Pronto habrá una desgracia, un fallecido sería lamentable», afirman fuentes de la industria turística que prefieren permanecer en el anonimato.
Las obras, que deberían haber mejorado la infraestructura del aeropuerto, han resultado en un caos logístico. Con cerca de mil vuelos diarios en verano y más de 33 millones de pasajeros movidos en 2024, la situación actual es alarmante. Los viajeros se enfrentan a largas colas y confusión al intentar encontrar sus autobuses, lo que ha llevado a muchos a calificar al aeropuerto como el «peor» que han visitado. La frustración es palpable, y muchos turistas han expresado su descontento, afirmando que no volverán a Mallorca debido a la experiencia vivida en el aeropuerto.
### La Voz de los Trabajadores y Turoperadores
Los trabajadores del aeropuerto han sido los primeros en alertar sobre la precariedad de las condiciones laborales y la falta de atención a la seguridad. Un empleado del servicio de atención a personas con movilidad reducida recordó un incidente anterior en el que casi le cayó un trozo de hormigón. «Si el miércoles llega a pasar alguien cuando se derrumbó el techo…», reflexionó, evidenciando el miedo que sienten al trabajar en un entorno tan inseguro.
Por su parte, los turoperadores han manifestado su descontento con la gestión de Aena, la empresa gestora del aeropuerto. Un directivo de una turoperación resumió la situación diciendo: «Es una vergüenza. Ni la central de Aena en Madrid ni las empresas que ejecutan la reforma están obrando bien. Han tenido demasiada ambición y es un desastre». La falta de coordinación y la ineficiencia en la ejecución de las obras han llevado a un aumento en el tiempo de espera de los pasajeros, lo que ha generado un efecto dominó en la experiencia del viajero.
Los problemas no se limitan solo a la infraestructura. La gestión del tráfico de pasajeros ha sido igualmente deficiente. Muchos turistas se pierden después de haber facturado y deben regresar a la zona de embarque, lo que añade más tiempo a su experiencia en el aeropuerto. «Desde que aterrizan tardan una hora y media en salir con las maletas. Salen echando pestes de Mallorca», comentó una trabajadora de una mayorista alemana, reflejando el descontento generalizado.
### Críticas a la Gestión de Aena
Las críticas hacia Aena no se han hecho esperar. Desde el partido Més per Palma, se han sumado a las denuncias sobre el caos y la inseguridad en el aeropuerto. Neus Truyol, portavoz del partido, ha señalado que la codicia de Aena es uno de los principales responsables de la masificación turística en la isla. «La salud y la dignidad de las personas tiene que ser la prioridad», afirmó, mientras anunciaba que se enviará una carta al gestor aeroportuario exigiendo medidas inmediatas.
La situación se complica aún más con el aumento del número de vuelos autorizados. Este año, Aena ha permitido un 12% más de vuelos en comparación con el año anterior, lo que ha llevado a un récord de tráfico aéreo. Sin embargo, esta ambición por aumentar el número de pasajeros no ha ido acompañada de las mejoras necesarias en la infraestructura y la seguridad del aeropuerto.
La combinación de obras mal gestionadas, un aumento en el tráfico de pasajeros y la falta de atención a la seguridad ha llevado a una crisis en el Aeropuerto de Palma de Mallorca. La presión sobre Aena para que tome medidas efectivas es cada vez mayor, y los trabajadores y turoperadores continúan exigiendo un cambio que garantice la seguridad y el bienestar de todos los que transitan por este importante punto de entrada a la isla.