La reciente escalada del conflicto entre Israel e Irán ha captado la atención mundial, generando un debate sobre las implicaciones geopolíticas y las posibles soluciones. Bertrand Badie, un destacado politólogo franco-iraní, ofrece su perspectiva sobre la situación actual, analizando tanto las motivaciones de Israel como las reacciones de la población iraní. A continuación, se exploran los aspectos clave de esta crisis.
### Motivaciones Detrás de la Ofensiva Israelí
La ofensiva militar de Israel contra Irán ha sido objeto de intensas especulaciones. Según Badie, el objetivo declarado de desmantelar las instalaciones nucleares iraníes puede no ser el único propósito de los ataques. Más allá de la cuestión nuclear, Israel busca debilitar la capacidad militar de Irán y su influencia en la región. Esto se evidencia en los bombardeos de infraestructuras económicas, como refinerías, que no solo afectan la economía iraní, sino que también buscan desestabilizar el régimen.
Badie sugiere que Israel está intentando consolidar su posición como una potencia militar dominante en Oriente Medio, fomentando el caos en la región. Este enfoque recuerda a las estrategias utilizadas en conflictos anteriores, como en Palestina, Líbano y Siria, donde la intervención militar ha llevado a un aumento de tensiones y divisiones.
La posibilidad de un cambio de régimen en Irán también se menciona como un objetivo potencial de Israel. Sin embargo, Badie advierte que las intervenciones militares para derrocar gobiernos, como se intentó en Irak y Libia, han demostrado ser ineficaces y pueden llevar a resultados desastrosos, como guerras civiles. En el caso de Irán, la falta de una oposición estructurada y la diversidad étnica del país complican aún más cualquier intento de cambio de régimen.
### Reacciones de la Población Iraní y el Sentimiento Nacionalista
La respuesta de la población iraní ante la ofensiva israelí ha sido de sorpresa y miedo. Muchos ciudadanos no esperaban una intervención militar de tal magnitud, lo que ha generado un sentimiento de vulnerabilidad. La falta de refugios antiaéreos y la escasez de combustible para escapar de Teherán han exacerbado la angustia de la población. Además, existe un sentimiento de traición hacia el régimen, así como hacia Israel y la comunidad internacional.
Badie destaca que, aunque hay un descontento generalizado con el régimen iraní, la guerra puede reforzar el sentimiento patriótico en el país. La historia muestra que situaciones de conflicto a menudo llevan a la población a unirse en torno a su gobierno, incluso si este es objeto de críticas en tiempos de paz. La figura del ayatolá Jomeini, quien se fortaleció durante la guerra Irán-Irak, es un ejemplo de cómo el nacionalismo puede ser utilizado por los regímenes para consolidar su poder en tiempos de crisis.
El politólogo también menciona que la guerra podría ralentizar el proceso de transformación social que comenzó en Irán en 2022 con el movimiento ‘Mujer, vida, libertad’. Este movimiento, que busca cambios significativos en la sociedad iraní, podría verse obstaculizado por la presión de un conflicto bélico.
### Posibles Escenarios Futuros
La duración del conflicto es incierta, pero Badie sugiere que no puede prolongarse indefinidamente sin cambiar de forma. Existen tres posibles evoluciones: una solución negociada a través de la diplomacia, una intervención internacional liderada por Estados Unidos, o el estallido de una guerra civil en Irán. Cada uno de estos escenarios conlleva sus propios riesgos y consecuencias.
La posición de Estados Unidos en este conflicto es crucial. Badie señala que la administración de Donald Trump se enfrenta a una encrucijada. La ofensiva israelí ha puesto a Washington en una situación delicada, ya que la relación con Tel Aviv es fundamental, pero también debe considerar las repercusiones de una guerra prolongada en la región. La respuesta de Trump podría variar desde un apoyo militar directo a un intento de mediación diplomática.
### Implicaciones Legales y Apoyo Internacional
Desde el punto de vista legal, Badie argumenta que la ofensiva israelí carece de justificación en el Derecho Internacional. La noción de guerra preventiva no está reconocida, y el artículo 51 de la Carta de Naciones Unidas establece que solo se puede actuar en legítima defensa ante un ataque inminente. En este caso, no ha habido una agresión directa por parte de Irán, lo que complica aún más la legitimidad de las acciones israelíes.
A pesar de la falta de justificación legal, muchos países occidentales han respaldado la acción israelí, reflejando una percepción de Israel como un aliado estratégico en la lucha contra el extremismo islámico. Sin embargo, esta postura ha generado tensiones con naciones del sur global, que han condenado la ofensiva y cuestionado la narrativa occidental sobre el conflicto.
En resumen, la situación entre Israel e Irán es compleja y multifacética, con implicaciones que van más allá de la región. La combinación de factores militares, políticos y sociales crea un panorama incierto que requiere atención y análisis continuos.