La reciente comparecencia de Manuela Roldán, jefa de servicio de Emergencias, ante la jueza y el fiscal ha puesto de relieve serias dudas sobre la gestión de la emergencia en l’Eliana durante la tormenta del 29 de octubre. La llamada «caja negra» de la Emergencia, conocida como CoordCom, ha registrado el envío de bomberos para vigilar el barranco del Poyo, pero no ha documentado la retirada de estos efectivos, lo que ha generado confusión y preocupación sobre la toma de decisiones en situaciones críticas.
La jefa de servicio, responsable de la extinción de incendios forestales, admitió que su trabajo se realizó desde su despacho y que no tenía información sobre las razones que llevaron a la orden de retirada de los bomberos a las 15 horas. Esta falta de claridad ha suscitado interrogantes sobre la eficacia de la coordinación en situaciones de emergencia, especialmente en un contexto donde la seguridad de la población está en juego.
El jefe de los bomberos, José Miguel Basset, quien recientemente se jubiló tras 40 años de servicio, ofreció una explicación que ha sido objeto de controversia. Inicialmente, sugirió que la retirada se debió a que los bomberos «tenían ganas de comer», pero posteriormente se retractó, afirmando que la decisión se basó en el descenso del caudal del agua. Esta inconsistencia en las declaraciones ha llevado a cuestionar la transparencia y la responsabilidad en la gestión de emergencias.
La situación se complica aún más al considerar que el Consorcio Provincial de Bomberos es el organismo encargado de movilizar los dispositivos de emergencia, según un convenio con la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias (Avsre). La falta de comunicación y la confusión en la cadena de mando son preocupantes, especialmente en un momento en que la población necesita respuestas claras y efectivas.
**La Importancia de la Coordinación en Emergencias**
La gestión de emergencias es un proceso complejo que requiere una coordinación efectiva entre diferentes organismos y servicios. En situaciones de crisis, como inundaciones o incendios, la rapidez y la claridad en la toma de decisiones son fundamentales para garantizar la seguridad de la población. La falta de información y la confusión en la cadena de mando pueden tener consecuencias graves, como se ha evidenciado en el caso de l’Eliana.
La experiencia de los bomberos y el personal de emergencias es crucial, pero también lo es la capacidad de los líderes para tomar decisiones informadas y comunicarlas de manera efectiva. La situación del 29 de octubre pone de manifiesto la necesidad de revisar los protocolos de actuación y mejorar la formación y la comunicación entre los diferentes actores involucrados en la gestión de emergencias.
Además, es esencial que se establezcan mecanismos de rendición de cuentas para garantizar que las decisiones tomadas durante una emergencia sean evaluadas y, si es necesario, corregidas. La confianza de la población en los servicios de emergencia depende en gran medida de su capacidad para actuar de manera efectiva y transparente.
**Lecciones Aprendidas y Futuras Mejoras**
La crisis en l’Eliana también resalta la importancia de aprender de los errores y de implementar mejoras en los sistemas de gestión de emergencias. Es fundamental que se realicen auditorías y evaluaciones post-emergencia para identificar áreas de mejora y asegurar que se tomen medidas correctivas. La formación continua del personal y la actualización de los protocolos son pasos necesarios para evitar que situaciones similares se repitan en el futuro.
Asimismo, la participación de la comunidad en la planificación y ejecución de planes de emergencia puede ser un factor clave para mejorar la respuesta ante crisis. La colaboración entre los servicios de emergencia y la población puede facilitar la comunicación y la confianza, lo que a su vez puede resultar en una respuesta más efectiva durante situaciones críticas.
En resumen, la gestión de emergencias es un campo que requiere atención constante y mejoras continuas. La situación en l’Eliana es un recordatorio de que la seguridad de la población depende de la eficacia y la transparencia en la toma de decisiones. Es imperativo que se tomen medidas para garantizar que los errores del pasado no se repitan y que se establezcan sistemas que prioricen la seguridad y el bienestar de todos.