La industria de defensa europea se encuentra en medio de una intensa competencia por el suministro de nitrocelulosa, un componente esencial para la fabricación de munición de artillería. Este material, conocido como «pólvora sin humo», es crucial para el funcionamiento de los proyectiles de artillería, y su escasez ha llevado a un aumento dramático en los precios y a una lucha por el control del mercado. La situación actual se asemeja a la crisis de suministros de mascarillas que se vivió durante la pandemia, pero con implicaciones mucho más serias en el contexto de la guerra en Ucrania.
La nitrocelulosa se presenta en diversas formas, incluyendo escamas blancas y gránulos, y es fundamental para los impulsores de los proyectiles. Sin este material, la artillería no puede operar. Durante el conflicto en Ucrania, se ha evidenciado que la falta de munición no solo se refiere a los proyectiles metálicos, sino también a las cargas de nitrocelulosa que los acompañan. Este aumento en la demanda ha multiplicado el precio de la nitrocelulosa, que ha pasado de 10 euros por kilo a cifras que alcanzan los 50 euros en algunos casos.
### La Escasez de Suministros y su Impacto en el Mercado
La escasez de nitrocelulosa ha comenzado a notarse en diferentes sectores, desde las tiendas de artículos de caza hasta las fábricas de munición. A medida que las empresas se ven obligadas a atender la creciente demanda de munición para conflictos de mayor envergadura, los precios se han disparado. Un ejecutivo del sector menciona que la cadena de suministro está rota, lo que provoca que los precios varíen drásticamente de un pedido a otro. Esta situación ha llevado a una especulación intensa en el mercado, donde los competidores luchan por asegurar sus suministros a cualquier costo.
El precio del ácido nítrico, otro componente clave en la fabricación de explosivos, también ha aumentado considerablemente, lo que refleja la presión general sobre los recursos necesarios para la defensa. En este contexto, la industria armamentística de Estados Unidos ha logrado mantener su independencia en la producción de nitrocelulosa, mientras que Europa se ve obligada a buscar alternativas en países como Turquía y Corea del Sur. La dependencia de Europa de suministros de países con legislaciones más laxas ha generado preocupaciones sobre la seguridad y la sostenibilidad de la producción de munición.
### La Competencia Global y el Futuro de la Producción
La competencia por el suministro de nitrocelulosa no solo se limita a las empresas europeas. China, que controla aproximadamente el 30% del mercado mundial de este material, ha reducido sus exportaciones a los países de la OTAN debido a su alianza con Rusia. Esta situación ha llevado a una presión adicional sobre los países europeos para encontrar fuentes alternativas de suministro. La creación de nuevas líneas de producción de nitrocelulosa en España, como la que ha establecido MSM Group en Granada, es un intento de mitigar esta dependencia y asegurar un suministro constante para las fuerzas armadas.
El mercado de la nitrocelulosa es opaco, lo que dificulta la obtención de datos precisos sobre precios y volúmenes de producción. La falta de transparencia ha llevado a conflictos legales entre empresas, como el caso de la impugnación de la compra de Expal por parte de Rheinmetall, que ha puesto de manifiesto las tensiones en el sector. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ha tenido dificultades para obtener información clara sobre el tamaño del mercado, lo que refleja la complejidad de la situación actual.
A medida que la guerra en Ucrania continúa y la presión sobre los arsenales europeos aumenta, la nitrocelulosa se ha convertido en un recurso estratégico vital. La lucha por asegurar este material no solo afecta a la industria de defensa, sino que también tiene implicaciones más amplias para la seguridad y la estabilidad en Europa. La capacidad de los países para adaptarse a esta nueva realidad y asegurar un suministro constante de nitrocelulosa será crucial para su preparación militar en el futuro.