La situación actual de Duro Felguera, una de las empresas más emblemáticas de la ingeniería y bienes de equipo en España, es un claro reflejo de los desafíos que enfrentan muchas compañías en un entorno económico volátil. Con una pérdida de 26 millones de euros y la necesidad de reestructurar su modelo de negocio, la compañía se encuentra en un momento crítico que podría definir su futuro. La junta general de accionistas, programada para mañana en Gijón, se centrará en la aprobación de un plan de reestructuración que busca evitar la declaración de concurso de acreedores. Este artículo explora las causas de la crisis de Duro Felguera, sus decisiones estratégicas y el impacto de factores externos en su desempeño financiero.
La historia de Duro Felguera es la de una empresa que, a pesar de recibir importantes inyecciones de capital en los últimos años, no ha logrado revertir su situación financiera. En 2021, la compañía recibió 120 millones de euros de financiación pública de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y 6 millones de euros de la Sociedad Regional de Promoción del Principado de Asturias (SRP). Sin embargo, a finales de 2023, Duro Felguera también obtuvo un préstamo de 90 millones de euros de Prodi y Mota-Engil México, que se capitalizó en febrero de 2024, convirtiendo a estos grupos en accionistas de control. A pesar de estas inyecciones de capital, la empresa ha quemado 216 millones de euros en tres años, lo que ha llevado a la solicitud de un preconcurso de acreedores en diciembre de 2024.
Una de las principales razones detrás de esta crisis es la política comercial adoptada por la dirección anterior. La estrategia de contratación fue calificada como «muy agresiva», con ofertas a la baja que no se tradujeron en una mejora de la eficiencia operativa. Esto, combinado con problemas en la ejecución de proyectos, resultó en márgenes negativos en algunas obras, lo que generó pérdidas tanto contables como de flujo de caja. La falta de una gestión adecuada de los recursos y la presión por cumplir con los plazos de entrega llevaron a una contracción significativa de los márgenes de beneficio.
La cartera de proyectos de Duro Felguera se expandió, pero muchos de estos proyectos eran de gran envergadura y complejidad técnica. La empresa se vio obligada a abordar estos proyectos en condiciones económicas insostenibles, lo que resultó en retrasos y penalizaciones. Un caso emblemático es el de la central térmica de ciclo combinado de Djelfa en Argelia, donde la Société Algérienne de Production de l’Electricité (SPE) reclama una indemnización de 413 millones de euros por daños y perjuicios, lo que precipitó la solicitud de preconcurso de acreedores.
A pesar de haber implementado un expediente de regulación de empleo (ERE) en 2022, la plantilla de Duro Felguera creció más de un 50% entre 2021 y 2024, superando los 1.500 empleados. Este aumento fue impulsado por la necesidad de personal para llevar a cabo grandes proyectos, pero también incrementó significativamente los gastos de personal en un contexto de márgenes contractuales estrechos. La combinación de un sobredimensionamiento de la plantilla y sobrecostes operativos ha generado una presión creciente sobre la tesorería de la empresa, dificultando aún más la ejecución de obras y servicios.
El contexto macroeconómico y geopolítico también ha jugado un papel crucial en la crisis de Duro Felguera. La inflación provocada por la disrupción de las cadenas de suministro tras la pandemia de coronavirus y el conflicto entre Rusia y Ucrania han aumentado los costos de las materias primas. Estos factores, junto con los precios de adjudicación por debajo del mercado, han deteriorado aún más la rentabilidad de los proyectos adjudicados a la empresa. Esta situación ha creado un círculo vicioso de deterioro financiero y operativo, donde la presión sobre la tesorería ha alimentado las reclamaciones y penalizaciones por la ejecución deficiente de muchos proyectos.
Para abordar esta crisis, Duro Felguera ha diseñado un nuevo plan de viabilidad que se presentará en la junta de accionistas. Este plan se centra en redimensionar la empresa, priorizando líneas de negocio donde la compañía tenga ventajas competitivas claras. Se propone la contratación de proyectos de menor envergadura, complejidad y riesgo financiero, así como una reducción drástica de la plantilla, que se espera que se reduzca a unos 500 trabajadores, la mitad de los actuales. Esta estrategia busca estabilizar la empresa y sentar las bases para un futuro más sostenible.
El futuro de Duro Felguera dependerá en gran medida de la capacidad de su nueva dirección para implementar este plan de reestructuración y adaptarse a un entorno económico en constante cambio. La aprobación del plan por parte de los accionistas será un paso crucial en este proceso. La empresa deberá demostrar que puede aprender de sus errores pasados y adoptar un enfoque más prudente y sostenible en su estrategia comercial. Solo así podrá evitar caer en el precipicio del concurso de acreedores y recuperar su posición en el mercado de la ingeniería y bienes de equipo.
