La música clásica sigue siendo un pilar fundamental en la cultura de muchas ciudades, y Oviedo no es la excepción. Recientemente, el Auditorio de la ciudad dio inicio a una nueva edición de sus Conciertos, y lo hizo con un evento que prometía ser memorable. La velada estuvo marcada por la interpretación del «Stabat Mater» de Gioachino Rossini, una obra que ha perdurado en el tiempo y que sigue emocionando a los amantes de la música.
### La Sinfonía de Ramón Carnicer: Un Preludio Perfecto
La noche comenzó con la interpretación de la «Sinfonía en re mayor» de Ramón Carnicer, un contemporáneo de Rossini que también dejó su huella en el mundo de la música clásica. Esta obra sirvió como un aperitivo musical, preparando el ambiente para la pieza central de la noche. La Oviedo Filarmonía, bajo la dirección de Lucas Macías, mostró una sonoridad redondeada y una ejecución precisa, destacando especialmente en los metales, que resonaron con claridad y fuerza.
El público, que llenó el auditorio, se mostró entusiasta desde el primer compás. La orquesta, compuesta por músicos de gran talento, logró crear una atmósfera envolvente que invitaba a la reflexión y al disfrute. La elección de la sinfonía de Carnicer fue acertada, ya que no solo honró a un compositor local, sino que también estableció el tono para la obra maestra que estaba por venir.
### El Stabat Mater: Una Obra Maestra de Emoción
El plato fuerte de la noche llegó con el «Stabat Mater» de Rossini, una obra que ha sido interpretada por numerosas orquestas y coros a lo largo de los años. En esta ocasión, el coro luanquín «El León de Oro» se unió a la Oviedo Filarmonía, creando un conjunto impresionante que prometía una experiencia inolvidable.
El cuarteto de solistas, compuesto por la soprano Berna Perles, la mezzo Gaëlle Arquez, el tenor José Simerilla y el bajo Rubén Amoretti, aportó un nivel de excelencia que elevó la interpretación a nuevas alturas. Cada uno de ellos trajo su propio estilo y técnica, lo que enriqueció la experiencia auditiva.
Gaëlle Arquez fue, sin duda, la solista más destacada de la noche. Su voz poderosa y redondeada se integró a la perfección con el resto del cuarteto, creando momentos de pura magia musical. En su aria «Inflammatus et accensus», Arquez mostró una expresividad notable, ejecutando las coloraturas con una precisión que dejó al público maravillado.
Por su parte, Berna Perles también brilló en sus intervenciones, aportando una notable carga emocional a cada nota. Su habilidad para transmitir el sentimiento de la obra fue palpable, y su interpretación fue recibida con aplausos entusiastas.
El bajo Rubén Amoretti, aunque tuvo que interrumpir su aria «Eia, Mater fons amoris» debido a un incidente con un espectador, logró mantener la compostura y continuar con su interpretación, lo que demuestra la profesionalidad de los artistas. Su voz compacta y vibrante resonó en el auditorio, dejando una impresión duradera.
El tenor José Simerilla, aunque mostró algunas dificultades en su emisión, logró aportar su parte al conjunto. A pesar de no estar a la altura de sus compañeros, su esfuerzo fue apreciado por el público, que valoró la entrega de todos los artistas.
El coro «El León de Oro» mantuvo el nivel acostumbrado, con voces equilibradas y un color muy atractivo. Su interpretación de la retórica musical de la obra fue acertada, y su presencia en el escenario fue fundamental para el éxito del concierto. La combinación de la orquesta y el coro creó un efecto sonoro que envolvió a los asistentes, llevándolos a un viaje emocional a través de la música.
La Oviedo Filarmonía, por su parte, demostró un alto nivel de ejecución. La cuerda sonó homogénea y las maderas aportaron un sonido cálido que complementó perfectamente a las voces. La dirección de Lucas Macías fue clave para lograr esta cohesión, y su habilidad para guiar a los músicos a través de las complejidades de la obra fue evidente.
### Un Evento que Celebra la Cultura Musical
La inauguración de esta nueva edición de los Conciertos del Auditorio no solo fue un evento musical, sino también una celebración de la cultura en Oviedo. La colaboración entre la Fundación Municipal de Cultura y las formaciones musicales locales resalta la importancia de apoyar y promover el talento artístico en la región.
Los Conciertos del Auditorio han logrado convertirse en un referente cultural en Oviedo, atrayendo a melómanos y amantes de la música de todas partes. La calidad de las interpretaciones y la variedad de programas ofrecidos han contribuido a consolidar su reputación.
La velada del «Stabat Mater» de Rossini fue un claro ejemplo de cómo la música puede unir a las personas y crear experiencias memorables. La emoción palpable en el auditorio, los aplausos y las ovaciones al final del concierto fueron testimonio del impacto que tuvo esta actuación en el público.
Con una programación que promete seguir sorprendiendo, los Conciertos del Auditorio se posicionan como un evento imprescindible en la agenda cultural de Oviedo. La música clásica sigue viva y vibrante, y eventos como este son prueba de que el arte tiene el poder de trascender el tiempo y conectar a las personas a través de la belleza sonora.
