La joven escritora Irma Álvarez Lanero, originaria de Mieres y estudiante de Pedagogía, ha lanzado su primer libro titulado ‘El club de las estrellas’. Esta obra se enfoca en el Trastorno del Espectro Autista (TEA) y tiene como objetivo ayudar a los niños a comprender la diversidad y la inclusión desde una edad temprana. En una reciente entrevista, Álvarez Lanero compartió su visión sobre la importancia de la literatura en la educación y el papel que juega la ciencia en la creación de historias para niños.
La autora destaca que su cuento está diseñado no solo para niños que puedan tener TEA, sino también para aquellos que son neurotípicos. «Está pensado para que aprendan a respetar lo que es la diversidad», explica. A través de su narrativa, busca establecer un puente entre la investigación científica sobre el TEA y la realidad cotidiana de los niños, promoviendo así una mayor comprensión y empatía hacia aquellos que viven con este trastorno.
Un aspecto innovador de ‘El club de las estrellas’ es que Álvarez Lanero no solo escribió el texto, sino que también se encargó de las ilustraciones. Estas últimas están diseñadas siguiendo el concepto de lectura fácil, una metodología que busca hacer que los textos sean accesibles para todas las personas, independientemente de sus habilidades de lectura o comprensión. La lectura fácil es especialmente beneficiosa para aquellos con discapacidades, así como para quienes están aprendiendo un nuevo idioma o están en proceso de alfabetización.
La motivación de Álvarez Lanero para escribir sobre el TEA proviene de su formación pedagógica y su deseo de cerrar la brecha entre la investigación y la realidad. «He podido ver el mundo de la investigación y de los datos, y me he dado cuenta de que, realmente, desde la investigación hasta lo que llega al mundo real hay un abismo», comenta. Para ella, el cuento se convierte en una herramienta poderosa para transmitir conocimientos y sensibilizar a los niños sobre temas que a menudo son invisibles en la sociedad.
La autora también reflexiona sobre la necesidad de que las historias para niños incluyan perspectivas científicas. «Se necesita ciencia detrás de las historias que se cuentan hoy en día», afirma. Esto implica que los padres y educadores deben ser críticos al elegir cuentos para los niños, valorando el trabajo de los pedagogos en el ámbito editorial. Según Álvarez Lanero, la literatura infantil no debe ser vista únicamente como un medio de entretenimiento, sino como una herramienta educativa que puede tener un impacto significativo en la formación de valores y conocimientos en los más jóvenes.
La creación literaria, según la autora, siempre ha tenido un componente pedagógico. Ella menciona que incluso textos antiguos, como la Biblia, han sido utilizados para educar a personas que no tenían acceso a la religión. Por lo tanto, la literatura puede ser un vehículo para transmitir no solo entretenimiento, sino también enseñanzas valiosas.
En cuanto al impacto que espera que tenga su libro, Álvarez Lanero no busca la fama, sino que su historia sirva para que al menos un niño o una niña se sienta comprendido. Este enfoque refleja su compromiso con la educación y la inclusión, así como su deseo de hacer una diferencia en la vida de los niños que enfrentan desafíos relacionados con el TEA.
La obra de Irma Álvarez Lanero es un ejemplo de cómo la literatura infantil puede ser utilizada para abordar temas complejos y fomentar la empatía y la comprensión en las nuevas generaciones. Su enfoque en la ciencia y la pedagogía resalta la importancia de contar historias que no solo entretengan, sino que también eduquen y sensibilicen a los niños sobre la diversidad y la inclusión en la sociedad.