En un emotivo homenaje celebrado en el Ateneo Jovellanos de Gijón, la figura de María Moliner fue recordada y reivindicada por su contribución a la lengua española y su labor como bibliotecaria. La catedrática Socorro Suárez Lafuente, encargada de la parte académica del evento, destacó que «María Moliner no fue una mujer olvidada, pero sí invisibilizada». Esta afirmación resuena con la realidad de muchas mujeres en la historia que, a pesar de sus logros, han permanecido en la sombra.
María Juana Moliner Ruiz, nacida en Paniza, Zaragoza, en 1900, fue una destacada filóloga, lexicógrafa y archivera española. Su obra más reconocida, el «Diccionario de uso del español», fue un proyecto monumental que le llevó más de quince años de dedicación. Suárez Lafuente subrayó la importancia de su trabajo en las bibliotecas rurales y su papel como bibliotecaria durante la Guerra Civil, donde dirigió la Biblioteca de la Universidad de Valencia.
Antes de embarcarse en la creación de su diccionario, Moliner ya contaba con una sólida formación en literatura y filología. Sin embargo, su carrera sufrió un revés tras la guerra, cuando su posición fue degradada y se vio relegada a la biblioteca de ingenieros de la Universidad Complutense. Fue en este entorno donde, al no encontrar una definición adecuada en el diccionario de la Academia, decidió emprender la tarea de crear su propio diccionario, que finalmente se convertiría en una obra de 80,000 vocablos.
La catedrática también hizo hincapié en que Moliner trabajó en soledad, enfrentándose a numerosos desafíos y obstáculos. Solo cuando su amigo, el poeta Dámaso Alonso, decidió apoyarla, pudo ver su obra publicada. Sin embargo, a pesar de su éxito, Moliner nunca recibió el reconocimiento que merecía. Su propuesta para ingresar en la Real Academia Española fue rechazada, en parte porque su obra desafiaba la autoridad de la Academia y también debido a su pasado político.
El homenaje no solo se centró en los logros académicos de Moliner, sino que también incluyó un relato más personal sobre su vida. Concha Fernández Soto, autora de un monólogo que fue interpretado por la actriz Carmen Moya Pico, junto a Puri Cobo y Mari Lo Jiménez, ofreció una visión más íntima de cómo los acontecimientos de su vida afectaron a esta mujer excepcional. Suárez Lafuente destacó que, aunque en los últimos años ha habido un resurgimiento del interés por la figura de María Moliner, es fundamental seguir recordándola y reivindicando su legado.
El texto teatral presentado en el homenaje forma parte de la publicación «Plumas, jaulas y collares (Máscaras teatrales para una guerra)», una obra colectiva que busca visibilizar a mujeres que han desempeñado roles significativos en la historia. Este enfoque no solo honra a Moliner, sino que también abre un espacio para que otras mujeres sean reconocidas por sus contribuciones.
El evento, que tuvo lugar el 24 de septiembre de 2025, fue un recordatorio de la importancia de la memoria histórica y del reconocimiento de las figuras femeninas que han sido relegadas al olvido. La vida y obra de María Moliner son un testimonio de la lucha por la igualdad y el reconocimiento en un campo dominado históricamente por hombres. Su legado perdura no solo a través de su diccionario, sino también en la inspiración que brinda a futuras generaciones de mujeres en el ámbito de la lengua y la literatura.